Hace 4 años, Taripay Pacha surgió como el proyecto final de carrera de Jussara Sifuentes, bachillera de la Especialidad de Artes Escénicas. Actualmente, sigue creciendo, promoviendo las distintas expresiones de arte y puestas en escena con el proyecto “El arte nos sostiene” a través de la plataforma Zoom.

Unidos por el arte

Jussara cuenta que Taripay Pacha se sustenta en la capacidad reflexiva del arte para pensar en el otro, tanto como individuo como cuando es parte de un conjunto. “Estar en la piel de otra persona abre más nuestra mirada, nos acerca a nuestra sensibilidad y empatía”, afirma. Así, en el año 2016, mientras participaba como voluntaria en la asociación Techo, decidió compartir todo lo aprendido en la Universidad a través del proyecto de teatro comunitario “Tú eres mi otro yo”. Ahora cuentan con la participación de 40 artistas, 29 de ellos son egresados PUCP.

Taripay Pacha en cuarentena

El 30 de marzo del 2020, exactamente 14 días después de haber sido declarado el estado de emergencia en el Perú, Jussara anuncia en redes sociales el regreso de Taripay Pacha. Desde entonces, “El arte nos sostiene” crea y comparte historias obras de teatro –vía Zoom–, con el fin de brindar arte de forma libre y accesible para todos, entrada gratuita, con retribución voluntaria.

“Al ser de libre acceso, ha permitido que lleguemos a públicos que usualmente el teatro no alcanza. Se disipan distancias geográficas y económicas. Creo que ha sido una manera de democratizar el teatro virtual”, destaca Bárbara Falconí, bachillera en Artes Escénicas PUCP.

Arte que sostiene

“El arte nos da libertad en este contexto de aislamiento. Hoy es tiempo de recordar quiénes somos. Ofrecemos una experiencia que cala en el alma. Pensamos que solo sería hasta julio pero continuamos haciendo teatro, seguimos acompañándonos”, rescata Jussara sobre las obras que, a la fecha, han tenido más de 4,800 espectadores de 35 países alrededor del mundo.

Sin embargo, no solo se preocupan por el público. Como rescata Angie Ruiz, acompañante emocional de procesos creativos, también es importante velar por los actores que encarnan a los personajes. “Una obra mueve al espectador, pero también al actor. Yo participo en los ensayos desde un lado más terapéutico, pues necesitamos cuidar emociones que pueden verse detonadas”, indica. Además, luego del estreno de una obra, se reúnen para honrar el proceso creativo y la creación final.

Me encargo de escribir las obras y del acompañamiento en los procesos creativos. Para escribir, parto de una creación colectiva. Tratamos de plantear experiencias de las directoras, de los actores o incluso mías. En esta situación de incertidumbre, las personas se sienten identificadas y acompañadas, lo que nos motiva a seguir avanzando”.

Destaco la mirada de Taripay al entender nuestra vulnerabilidad como personas. Muchas veces la sociedad está enfocada en los resultados y deja aparte el lado humano. Creo que, para avanzar de manera sana, necesitamos abrazarnos y sostenernos de manera conjunta, dando herramientas a través del arte”.

La iniciativa ha sido y se ha mantenido de forma orgánica. Creemos que para crecer como comunidad es necesario fortalecer nuestros vínculos más cercanos y crecer junto con ellos. Estamos donde estamos gracias a las personas que creyeron en nosotros y en ellos mismos como agentes de cambio”.

Es importante dar un pago justo a los que colaboran en la organización y atraer nuevas fuentes de ingresos para sostener proyectos culturales de largo plazo. Mi meta es potenciar el modelo de ingresos y que pueda servir como ejemplo para la industria cultural peruana. En este contexto, Taripay muestra que es posible crear obras de calidad y de gran alcance”.