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“Cuando la lengua es muy significativa para el pueblo indígena, la eligen como marca de su identidad”

Hoy, 21 de febrero, es el Día Internacional de la Lengua Materna, motivo para reflexionar sobre las lenguas nativas. En la actualidad, algunas comunidades han visto que trasmitir su lengua nativa a las nuevas generaciones no es tan útil por lo que están en peligro de extinguirse. El Estado es uno de los encargados en retraer este proceso.

  • Luis Andrade
    Docente del Departamento de Humanidades
  • Texto:
    Susana Navarro

¿Por qué es importante preocuparnos por preservar las lenguas nativas?

Hay dos aspectos, uno es el interés de los investigadores y otro es de los hablantes. El más importante debe ser el interés de los propios hablantes, que a veces deciden que su lengua expresa la identidad de su pueblo. En el Perú, tenemos el caso de las comunidades quechua hablantes de Cañaris o Incahuasi, que a pesar de encontrarse en un entorno adverso, con una ausencia de políticas a favor de las lenguas indígenas, han decidido que el quechua es una parte importante que marca su identidad como indígenas. El segundo aspecto, que también es válido, es la importancia que le damos los estudiosos a las lenguas como expresión de la cultura, de la historia de un pueblo y también como un muestrario de lo que puede hacer la mente humana para comunicarse.

¿Cuál es el panorama nacional con respecto a la utilización de las lenguas indígenas? ¿Han disminuido con los años?

Existe un problema al tratar de comparar las lenguas amazónicas porque recién aparecen en el censo del 2007 y solo una que es la asháninka. El quechua y el aymara si están en los censos anteriores con lo que podemos comparar las cifras con años anteriores. Ahí vemos que hay un descenso de hablantes de quechua y aymara, en términos porcentuales, en proporción a la población total. Por primera vez, tenemos datos de una lengua amazónica y podemos emplear un índice de sustitución lingüística, que es un instrumento hecho por el antropólogo Andrés Chirinos, y nos permite saber en qué medida las nuevas generaciones siguen hablando la lengua indígena o si la están sustituyendo por el castellano. Hemos hecho ese ejercicio para el asháninka en provincias de Satipo y vemos que los índices son negativos, es decir, que a pesar de ausencia de políticas de Estado y de los accidentes de la educación bilingüe, la lengua sigue siendo vital en esta provincia y se sigue trasmitiendo a las nuevas generaciones.

¿Cuál es la diferencia del caso de la lengua asháninka las otras regiones?

Creemos que hay ciertos casos en los cuales la lengua es muy significativa para el pueblo indígena que la elige como marca importante de identidad. Esto sucede solo en algunos casos, otros pueblos usan otras costumbres u otro tipo de tradiciones. En la amazonía esto es muy marcado, pero si entramos en los casos del quechua y el aymara, a pesar de este declive general, encontramos que hay lugares donde también es muy importante y se sigue trasmitiendo. No se puede ser tajante y decir que las lenguas indígenas están en picada, hay que ver caso por caso, zona por zona y preguntarse si se mantiene la lengua en esta región, cuán vital es y ver si es parte de su identidad.

¿Cuáles son los motivos por los cuales los pueblos indígenas deciden no enseñar sus lenguas nativas a las nuevas generaciones?

En primer lugar, la discriminación que engloba varias cosas como sentimientos de minusvaloración de los individuos, dificultades para acceder a varios espacios públicos y restricción de derechos. Por otro lado, existen consideraciones de tipo práctico que llevan a comunidades enteras a abandonar sus lenguas porque ya no les es útil para seguir avanzando en la vida, ni para sus hijos o las nuevas generaciones. La otra cara de esta moneda es que hay diversos esfuerzos e iniciativas de las propias comunidades por defender su derecho a hablar su lengua indígena, como es el caso de la comunidad Matsés, que realizó todo el trámite ante la RENIEC para ver que en sus DNI se pueda incluir la diéresis en la ‘e’, que forma parte de su alfabeto indígena, felizmente contaron con el apoyo de la Defensoría del Pueblo. En un principio les dijeron que no se podía porque el sistema no aceptaba esa letra y que tendrían que traducir sus nombres al castellano por medio de un traductor oficial. Aunque después se les dio la razón, al inicio los trataron como extranjeros en su propio país. Sin embargo, esto nos demuestra la voluntad que tienen algunos pueblos indígenas por seguir hablando su lengua y defender sus derechos lingüísticos.

¿Qué políticas se están llevando a cabo para evitar que esto suceda?

Hay esfuerzos internacionales diversos, por ejemplo de un grupo de expertos de UNESCO que se reunió  para establecer una serie de criterios para mantener la vitalidad de las lenguas indígenas, también hay una preocupación de entidades internacionales con preocupaciones ecológicas o por justicia intercultural. En nuestro país esto es reciente, no ha habido una política seria de apoyo a las lenguas indígenas. Esto ya se encontraba entre líneas en la Constitución pero ahora está explícito en la Ley de Lenguas Originarias que establece el derecho que tienen los mismos indígenas en hablar su propia lengua. Existe una serie de instrumentos y acciones recientes desde el Estado para favorecer las lenguas indígenas, esto dentro de una larga tradición de menosprecio y de discriminación, pero en verdad, los esfuerzos mayores han venido de los propios hablantes que han decidido, aunque inconscientemente, seguir trasmitiendo la lengua indígena como parte de su patrimonio a nuevas generaciones.

Uno de los esfuerzos más grandes se realizó en la educación bilingüe, ¿se obtuvo los objetivos deseados?¿Es este el único mecanismo para evitar la extinción de una lengua?

La educación intercultural bilingüe, ha tenido proyectos con algunos logros pero hubo políticas erráticas en su implementación por el desconocimiento del Estado. Los padres de familia tambien reaccionaron cuando vieron, que a pesar del membrete de intercultural bilingüe, no era una educación de calidad y con toda razón han rechazado estas iniciativas considerándola como educación para pobres. Pero para que esta educación tenga efectos reales no debe estar limitado al sector educativo, sino que debería estar articulado con iniciativas en otros sectores de la vida cotidiana para reforzar la lengua indígena no solamente en el aula, sino también en la comunidad, el entorno y la vida nacional. Por ejemplo, Bolivia está implementando una educación trilingüe para toda la población, donde se enseña el castellano, la lengua indígena que predomine en la zona y una lengua extranjera.

Si los hablantes ven que su lengua no les es útil no tendrá sentido trasmitirla, aprenderla y enseñarla. Estas políticas deben tomar en cuenta a los hablantes de las lenguas indígenas y también a los hablantes de castellano monolingües, porque un factor muy importante para revertir esta exclusión de las lenguas indígenas y sus hablantes es cambiar actitudes y concepciones dentro de la propia población que discrimina. Tradicionalmente, las iniciativas para indígenas han sido cosas focalizadas en ellos como si no fueran parte de un colectivo. Pero ya se está cambiando la visión, ahora el manejar una lengua indígena tiene ventajas, como los incentivos especiales a profesores que saben alguna de estas lenguas.

El Perfil

Nombre: Luis Andrade

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