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Etnicidad, color de piel y desigualdades sociales en América Latina

  • David Sulmont
    Director del Instituto de Opinión Pública de la PUCP

En el Perú solemos hablar de un país de “todas las sangres” para referirnos a la mezcla de razas y culturas que caracterizaría a nuestra sociedad. En 1925, el filósofo y político mexicano José Vasconcelos definió a la “raza cósmica” como el producto de la aglomeración de las diferentes razas y culturas que se encontraron en América, y que sería el atributo de los latinoamericanos en general, y de los mexicanos en particular. En la década de 1930, el sociólogo brasilero Gilberto Freyre utilizó el concepto de “democracia racial” para describir las relaciones que él consideraba más armónicas en Brasil entre ex esclavos afrodescendientes y sus antiguos amos blancos, en contraste con el racismo, discriminación y violencia que caracterizaron las relaciones entre estos grupos en Estados Unidos.

Si bien no existen “razas humanas” en el sentido biológico del término, varios países latinoamericanos han elaborado imaginarios nacionales en torno al mito del mestizaje racial y cultural, como una manera de enfrentar la paradoja de proyectos modernizadores de construcción de repúblicas de ciudadanos supuestamente iguales, que se implementan en sociedades con profundas desigualdades socioeconómicas y políticas entre grupos jerarquizados a partir de criterios étnicos, culturales o fenotípicos.

Los imaginarios nacionales, las identidades y jerarquizaciones étnico raciales, y su relación con las desigualdades sociales, son algunos de los temas abordados desde el 2009 por el Proyecto sobre Etnicidad y Raza en Latino América (PERLA), dirigido por el profesor Edward Telles de la Universidad de Princeton y que ha contado con la colaboración de una docena de investigadores en Perú, Brasil, Colombia y México. En estos países, el proyecto aplicó el 2010 una encuesta común a muestras representativas de la población adulta. La metodología desarrollada en esa oportunidad ha sido replicada en encuestas posteriores en diversos países de América Latina.

Los resultados de PERLA muestran que, en muchos países de América Latina, a pesar de los mitos del mestizaje y la “democracia racial”, las clasificaciones étnico raciales y el color de la piel siguen estado asociadas con diversos status sociales y experiencias de exclusión y discriminación. Los indígenas, afrodescendientes y personas de color de piel más oscura, ocupan posiciones de menor status social y enfrentan con mayor frecuencia situaciones de discriminación; en contraste con quienes se definen como mestizos, blancos o tienen color de piel más claro en las mismas sociedades.

Por ejemplo, a partir de los datos del Barómetro de las Américas del 2012, que utiliza la metodología desarrollada por el proyecto PERLA, en países como Brasil, México, Colombia, Ecuador, Perú y Guatemala, el promedio de años de educación formal tiende a disminuir conforme el color de la piel de las personas es más oscuro.

Las personas piel blanca tienen en algunos países entre 1 o 2 años más de educación formal que las personas de piel oscura, lo que en muchos casos puede significar la diferencia entre terminar o no la educación escolar. Esto no tiene que ver con la inteligencia o capacidad de las personas, sino con el hecho de que, históricamente, la discriminación y el racismo han contribuido a la reproducción y persistencia de desigualdades sociales en nuestros países.

La percepción o las experiencias de discriminación también guardan una fuerte asociación con el color de piel de las personas. En la encuesta de PERLA del 2010 se preguntó a los entrevistados en Brasil, Colombia, México y Perú si habían experimentado algún tipo de discriminación debido a su clase social o condición socioeconómica. En todos los países, el porcentaje de personas que afirmaba haber experimentado ese tipo de discriminación se incrementaba conforme su color de piel era visto como más oscuro. Lo peculiar del caso peruano, es que con excepción de las personas con piel más clara (que son una minoría en nuestro país), el porcentaje de personas que manifestaba haber experimentado discriminación debido a razones de clase social era el más alto de los cuatro países estudiados. El Perú parece ser uno de los países latinoamericanos donde la discriminación se siente con mayor intensidad por parte de sus ciudadanos, y más aún conforme si piel se hace más oscura.

Los hallazgos de esta investigación fueron publicados en octubre del 2014 en el libro Pigmentocracies: Ethnicity, race and color in Latin América (The University of North Carolina Press). Esta semana, entre el 11 y 12 de junio, cerca de treinta investigadores de Brasil, Colombia, México, Estados Unidos, Francia y Perú se reunirán en la Pontificia Universidad Católica del Perú para discutir estos temas en el seminario internacional “Etnicidad y Raza en los Imaginarios Nacionales y las Desigualdades Sociales en América Latina”.

Con estas investigaciones y eventos, la comunidad académica busca aportar elementos para comprender mejor las desigualdades, el racismo y la discriminación en nuestros países, y así contribuir con movimientos ciudadanos y políticas públicas que construyan relaciones sociales más justas y equitativas.

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