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“Una cosa es haber sido víctima de un delito y otra sentirse inseguro”

Realizada por el Instituto de Opinión Pública (IOP) de la PUCP, con el auspicio de Ciudad Nuestra, la Segunda Encuesta Metropolitana de Victimización 2012, que proyecta resultados en 35 distritos de nuestra capital, señala que el índice de victimización en los hogares de Lima aumentó del 42.5%, al 42.9% en relación a los resultados del año pasado, cifras que son más altas que las obtenidas en sondeos similares realizados en ciudades como Buenos Aires, Ciudad de México o Santiago de Chile. Edwin Cohaila, Coordinador de Metodología y Muestreo del IOP, nos brinda algunos datos importantes sobre la percepción de seguridad que poseen los limeños.

  • Edwin Cohaila
    Coordinador de Metodología y Muestreo del IOP
  • Texto:
    Diego Grimaldo
  • Fotografía:
    Jorge Ruiz

¿Los problemas que los limeños consideraban más resaltantes han cambiado en los últimos años?

El IOP viene realizando encuestas de opinión pública desde hace cinco años y la percepción de la población ha cambiado. Antes se mencionaba como problemas principales temas relacionados a la pobreza, la economía o la inflación, en cambio, ahora mencionan la delincuencia. Esto se puede corroborar con nuestras encuestas y con la que publicó recientemente Proética. Luego vienen problemas como la corrupción, las desigualdades o el narcotráfico. Esto afecta el desenvolvimiento de las instituciones, porque las personas pierden confianza en ellas porque ven que no responden o solucionan el problema prioritario.

¿A qué se debe este cambio de percepción?

A muchos factores. La gente  percibe que su situación económica ha mejorado, que aumentó el empleo formal y que la pobreza se ha reducido. Han habido mejoras sensibles que se pueden palpar en la ciudad, que tiene cada vez más construcciones, que avanza. Sin embargo, esto tiene su contrapeso, porque uno de los principales problemas sigue siendo la desigualdad en el Perú. Ahora mismo, para la gente, solucionar los temas de inseguridad y la delincuencia es lo primordial, pero de aquí a cinco años ello puede cambiar. Las autoridades deberían responder ante ello si es que desean tener legitimidad.

¿Qué debemos entender por victimización?

Esta es una definición operacional. Aquí y en otros países, se entiende por victimización si una persona o algún miembro de su hogar ha sido víctima de algún delito. Esto se pregunta de manera directa: “¿En el último año Ud. o algún miembro de su familia fue víctima de algún delito?”, no se considera si el encuestado vio un robo o un familiar lejano sufrió algún problema de ese tipo.

El porcentaje de victimización no ha disminuido considerablemente respecto al año pasado.

Se ha mantenido prácticamente igual, porque el año pasado fue 42.5% y este 42.9%, lo que incluso lo coloca dentro del margen de error. Hay otras preguntas también que son importantes de analizar, porque una cosa es que haya sido uno víctima de un delito y otra sentirse inseguro. La percepción sobre inseguridad es mayor en Lima Metropolitana. Yo puedo sentir que, más allá de que me haya cometido un delito o no, la ciudad es insegura por diferentes factores, tal vez por los medios, lo que he visto.

Esto tiene relación con la poca confianza que se le tiene a los serenos y a los policías, las autoridades que deberían protegernos, pues sigue siendo baja más allá que esta se haya incrementado levemente.

Esa es la consecuencia. Es interesante resaltar que muchos municipios han mejorado el servicio de Serenazgo, implementando vehículos y más personal, hecho que ha incrementado la confianza en ellos, aunque no haya sido alta. Las municipalidades se han dado cuenta que es un tema importante en el que hay que invertir y han puesto, por ejemplo, cámaras, más patrullaje. Jesús María, Pueblo Libre y Lince, han formado un Serenazgo continuo, que se comunica entre sí y puede intervenir en dichos distritos.

Los robos al paso siguen siendo los delitos más comunes.

Un robo al paso es un delito común, un robo menor. No es un secuestro. Esto siempre ha sido así. Lamentablemente, no hay forma de averiguar si el autor del robo tenía algún arma o no, porque suelen ser muy rápidos. Ahora bien, uno se puede sentir bien en su distrito, seguro, pero a nivel de Lima no, porque lo evalúo de otra forma, de repente, qué es lo que hacen las instituciones, cómo se encuentran el Ministerio del Interior o la Policía, en general, y esto puede cambiar de un sitio a otro. San Isidro es un distrito que ha invertido mucho en el tema de seguridad ciudadana, patrullaje, cámaras, etcétera, entonces existe allí una alta aprobación del Serenazgo, (quienes viven allí pueden pensar) que sí funciona allí, en cambio, en los otros distritos no necesariamente es igual.

¿Hay relación entre la cantidad de robos que ocurren en un distrito y la sensación de seguridad de aquellos que viven en él?

Una cosa es el lugar en el que vivo y otra el lugar en el que pude ser víctima de un delito. Como la gente de Lima se moviliza, el robo puede darse fuera de su distrito, en el ómnibus, en un parque, mientras se está de compras. Igual, la sensación de inseguridad es alta. La gente es consciente de evaluar la situación macro y la situación puntual de su distrito. Sería bueno ampliar este tipo de evaluaciones a provincias. Está ese compromiso. Ver si cambia esta mala percepción, aunque esto no se dará a menos que se realice una política muy intensa y así aumente la confianza de las instituciones que velan por la seguridad. La sensación de inseguridad que uno tiene como ciudadano debería bajar.

Mira la Segunda Encuesta Metropolitana de Victimización 2012 

El Perfil

Nombre: Edwin Cohaila

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