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“Tenemos que repensar el aseguramiento de la calidad”

A propósito de la reciente reacreditación de la carrera de Contabilidad, recibimos la visita de María José Lemaitre, directora ejecutiva de CINDA –organización a la que pertenece el Instituto Internacional para el Aseguramiento de la Calidad (IAC). Ella formó parte de un taller en el que participaron nuestras otras especialidades que siguen este proceso.

  • María José Lemaitre
    Directora ejecutiva del Centro Interuniversitario de Desarrollo (Cinda)
  • Texto:
    Verioska Diestra

¿Cómo encuentra la situación actual de la acreditación en Latinoamérica?

Latinoamérica tiene mucha experiencia en aseguramiento de la calidad. Hemos aprendido mucho. Nos hemos equivocado y corregido, y los resultados han sido procesos bastante exitosos. Sin embargo, estos procesos están siendo víctimas de su éxito: las instituciones sienten que, como lo han hecho bien, no quieren cambiar a futuro.

Aunque logramos que la acreditación sea valorada y reconocida, es un problema que haya dejado de ser vista como un instrumento para ser un fin en sí misma. En ese sentido, se tienen instituciones obedientes que solo siguen a la acreditadora pero que no piensan en lo que deberían hacer por sí mismas, pues el acreditarse se vuelve más importante que el hacerlo bien.

¿A qué deberíamos apuntar ahora?

Hemos sido exitosos al hacer explícito qué entendemos por calidad, pero con ello hemos congelado este concepto. Nos cuesta entender y valorar la diversidad que se expresa en el perfil de los estudiantes que trabajan, tienen familia, buscan carreras más cortas, quieren mejorar sus credenciales y más; pero nada de eso lo permitimos con la forma actual de aseguramiento de la calidad. Tenemos que repensarla con el objetivo de promover la capacidad de las instituciones de hacerse responsables, de tomar iniciativas y no de dejarle la responsabilidad a una agencia.

Perú esta pronto a culminar el proceso de licenciamiento. ¿Cómo ve el horizonte de la educación superior en nuestro país con respecto al aseguramiento de la calidad?

Yo creo que siempre hay que separar la función de una superintendencia de la de una agencia de aseguramiento de la calidad. La primera define los estándares mínimos y no debiera meterse en los elementos académicos, esa es función de la acreditadora. De otro modo, las instituciones terminarían haciendo dos veces lo mismo.

Hay distintos mecanismos de licenciamiento. En Chile, por ejemplo, este es solo para instituciones nuevas y dura un mínimo de seis años, periodo en el que todavía no se otorga autonomía y se recibe la supervisión del Consejo Nacional de Educación –que funciona como agencia de licenciamiento con una función académica básica. El Consejo puede extender el tiempo de supervisión, cerrar la institución o darle autonomía. Posteriormente, las instituciones reciben, de manera obligatoria, la supervisión de la Superintendencia de Educación Superior y la Comisión Nacional de Acreditación. Es un híbrido, porque el licenciamiento inicial es académico pero con un acompañamiento de muy largo aliento. Creo que ese es un buen modelo.

La PUCP ha recibido la reacreditación a nivel institucional y sus especialidades siguen el mismo proceso. ¿Cómo ve este panorama?

Todas las carreras acreditadas tienen un nivel de calidad aceptable o muy satisfactorio. Nosotros definimos esa primera acreditación como una línea base. Si están igual, no van a reacreditar. Seguir haciendo más de lo mismo no es mejorar y la acreditación tiene por objeto incorporar una cultura de mejora continua.

Lo que esperamos de la reacreditación es conocer cómo han subsanado las observaciones del primer proceso, cómo están incorporando la autoevaluación –mirarse críticamente de manera periódica en sus procesos internos sin esperar que la acreditadora lo requiera– y, finalmente, que tengan la capacidad de mirar prospectivamente, ser capaces de decir si en unos años seguirán igual o si hay cosas que tendrán que asumir.

¿Cuáles son los principales obstáculos en estos procesos?

No solo aquí, lo que más cuesta en los procesos de acreditación es poder dedicarle tiempo a una reflexión sobre calidad. Todos decimos que la calidad es importante, pero cuando se trata de hacer, esta –por su importancia– queda pendiente para cuando haya tiempo. ¡Y nunca hay! Se suele postergar.

Los procesos de acreditación exigen que una institución, de alguna manera, respete y resguarde un tiempo dedicado a reflexionar analíticamente sobre las formas en las que se aproxima al logro de sus propósitos y satisface sus criterios de calidad. La clave es poder proteger esos procesos desde la institución.

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