Usted ha escrito frecuentemente sobre ajustes necesarios en políticas laborales. ¿Cuáles cree con los más urgentes en nuestro país?

Creo que el principal desafío que tiene en la actualidad el derecho del trabajo y de las relaciones laborales en el Perú es recuperar, para quienes trabajan, los derechos básicos que la Constitución y las leyes laborales les garantizan. Hay que recordar que en los años noventa se produjo en el Perú un proceso de adaptación a la globalización de corte neoliberal. De esa manera, al internacionalizarse la actividad económica, la respuesta de las autoridades fue reducir costos laborales sobre la base de suprimir garantías que la legislación reconocía a los trabajadores con el objetivo de ser más competitivos. Esto supuso una reducción importante de garantías… Además, esta política no fue suficiente para que el país recuperase competitividad y se generase un porcentaje de empleo importante y, más bien, en ese mismo periodo aumentó el empleo informal.

¿Cómo podrían reivindicarse ahora estos derechos que nos corresponden a todos?

Los derechos laborales son un elemento muy importante de la ciudadanía. Para consolidar espacios de justicia y libertad, se debe garantizar el respeto a los derechos laborales, más aún, cuando se vive un proceso de crecimiento económico muy relevante. La legislación laboral es importante en la medida que contribuye a que ese crecimiento genere desarrollo dentro de la sociedad. Si nosotros, por la vía de la legislación laboral, redistribuimos las condiciones laborales, como salarios justos, eso va a dinamizar el mercado interno y habrá más posibilidades para el bienestar de la población y no estaremos cada cinco años en esa lotería en la cual estamos precisamente en estos días.

¿Cuál cree que debería ser la propuesta más relevante en cuanto a la legislación del trabajo en esta segunda vuelta?

Para mí, la cuestión fundamental que plantea el derecho del trabajo en el Perú es la vigencia efectiva de los derechos laborales. El cumplimiento de la legislación laboral como condición de ciudadanía. El derecho del trabajo tiene una función jurídica de regulación de las relaciones laborales, una función política de favorecer el equilibrio de la sociedad, y una función económica de favorecer la redistribución. Me parece fundamental garantizar la vigencia de estos derechos y recuperar algunas instituciones básicas como las vinculadas a la libertad sindical. Tengo serias dudas de que los dos candidatos que han llegado a la segunda vuelta tengan algún interés en garantizar los derechos laborales.

¿Cree que el sistema de tercerización laboral o services representan un problema para nuestro sistema laboral?

Este tipo de actividad no plantea, en principio, grandes problemas al derecho laboral. Pueden tener una función útil, en la medida en que satisfacen necesidades urgentes y especializadas. Lo que sí constituye un problema es el abuso en esa actividad, es decir, cuando se prestan trabajadores a otra empresa pero no para actividades extraordinarias o complementarias sino para actividades permanentes. Más que el sistema de services, creo que el principal problema en el Perú son las contratas.

¿De qué manera?

Mire, las empresas que se encargan de partes del proceso productivo de otras, que no son services, son empresas de servicios que prestan trabajadores pagándoles bastante menos. Por ejemplo, si un empleado es reconocido por una empresa grande, ésta tiene que respetar ciertas normas laborales, pero si lo contrata una empresa de servicios el salario no tiene que ser ya el mismo, puede ser inferior. ¿Cuán inferior? En la minería, por ejemplo, el salario de un trabajador de contrata es la mitad del salario de un trabajador de una empresa minera. Así se genera una reducción importante de las condiciones de trabajo. Más aún, cuando los precios de los minerales han subido tanto y los trabajadores del sector minero son, en su mayoría, de contratas y ganan menos que los trabajadores de la empresa mineral. Eso es algo que todavía no ha resuelto la ley.

Muchos de estos trabajadores tampoco están inscritos a un seguro de salud o un sistema de pensiones, ya sea éste privado o público.

Lleva ya algún tiempo ejerciendo el derecho y la docencia en España, ¿qué podríamos imitar de ese modelo en Derecho del Trabajo y de la seguridad social?

España en los años ochenta tuvo que afrontar dos desafíos importantes: por un lado la recuperación de las instituciones democráticas y, dentro de ellas, de las instituciones laborales, el sindicato, la negociación colectiva, que habían estado prohibidas durante el franquismo. Ese proceso ha coincidido con la crisis económica, y mientras se recuperaban garantías en lo colectivo se perdieron garantías en lo individual. España se convirtió en el paladín de la flexibilidad laboral y luego de la precariedad por la vía de los contratos a términos sin causa. Creo que hay muchas cosas de la experiencia española que podríamos tomar en cuanto a la importancia institucional que este país reconoce a las organizaciones colectivas de trabajadores y empresarios, y el papel central que tienen en las políticas laborales. Su preocupación por la vigencia efectiva de los derechos laborales y la importancia que tienen las pensiones como elemento central para la estabilidad del país.

¿Qué se está haciendo por los derechos laborales de los miles de peruanos que han migrado a España?

Los trabajadores extranjeros y los peruanos, en particular, disponen de los mismos derechos que los nacionales si tienen un empleo en condiciones de legalidad. No obstante, la crisis financiera ha golpeado a los extranjeros por el tipo de trabajo que realizan. Sobre todo por que muchos de los latinoamericanos trabajan en construcción y en España estalló una burbuja inmobiliaria importante: miles de personas han perdido sus puestos de trabajo. Como consecuencia de ello, los más afortunados están disfrutando de una protección por desempleo que puede durar hasta dos años. Aún así los peruanos han encontrado algunos nichos de actividades importantes, nuestros compatriotas son muy valorados en la atención de personas mayores y discapacitados. Hay miles de peruanos que se dedican a cuidar ancianos y son muy valorados por el cuidado y el cariño con el que desarrollan sus actividades.