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“La música clásica ayuda a que las personas tomen en cuenta su condición de humanos”

En las agendas culturales están los nombres de Nicola Benedetti (violinista escocesa), Evgeny Kissin (pianista ruso), Kiri Te Kanawa (soprano neozelandesa), Izthak Pearlman (uno de los violinistas más importantes del siglo XX) y Phillip Glass (uno de los compositores estadounidenses más importantes). Todos ellos comparten un género musical muy poco difundido, pero que cada día genera más adeptos: la música clásica. ¿Cuál es la importancia de este género para los futuros músicos y a qué se debe el incremento de las visitas de estos artistas en nuestras tierras?

  • Bertrand Valenzuela
    Músico y profesor de la Escuela de Música
  • Texto:
    Gonzalo Silva
  • Fotografía:
    Jorge Ruiz

¿Cómo se explica la cantidad de conciertos de música clásica que se ofrecen en nuestro país para los próximos meses?

Son varios factores. La situación económica del país que, al igual que la reducción de impuestos, favoreció tremendamente para que haya más conciertos. El hecho de que tengamos ciertos personajes peruanos, como Juan Diego Flórez, hace que pueda venir con músicos conocidos. Pero creo que el interés siempre ha estado. Empecé enseñando cursos de apreciación musical a chicos que nunca en su vida habían escuchado música clásica, pero cuando los haces escuchar y los guías, cuando les cuentas el contexto social-histórico en el que nació cada tema, se empiezan a interesar.

Son alumnos que se interesan a partir de un curso, pero esta música no está en el día a día como para que llegue a las personas que no tienen esta oportunidad…

Hay esfuerzos. Tuve la oportunidad de dirigir, hace un par de meses, la Orquesta Sinfónica Nacional en conciertos descentralizados, que se realizan durante la temporada de verano, con las que se va a los conos. Se lleva la música clásica a la gente que no tiene la oportunidad de ir a estos conciertos y se presenta música muy fácil de escuchar, ligera, conocida, tipo el Guillermo Tell, de Rossini, y lo disfrutan. En Comas, por ejemplo, la gente aplaudía a rabiar, no quería que nos vayamos y hasta sugerían temas. En realidad, creo que la gente tiene mucha hambre de la llamada cultura. Esta música no es, como mucha gente piensa, solo para una élite. Cualquier ser humano con algo de sensibilidad puede llegar a apreciar esta música. Estoy convencido de eso.

¿Cuál es el público que está yendo a estos conciertos?

Hay mucha gente que va verdaderamente porque ama la música, gente que estudia o que no necesariamente está siguiendo la música como una carrera, pero le gusta, va y lo disfruta; pero también hay gente esnob. Personas que van para hacer vida social, encontrarse con ‘la gentita’, conversar, mostrarse un poco, pero realmente  no conocen mucho de música, a veces se quedan dormidos o se van a la mitad del concierto. Hay de todo.

Sobre la agenda cargada para los próximos meses, ¿es necesario tener un conocimiento mínimo del género clásico para poder disfrutar de estos conciertos o cualquier persona lo puede hacer?

Es algo muy personal, en realidad. Hay gente que por primera vez  va a un concierto sin haberle prestado atención a esta música y puede agradarle, como hay gente para la que puede ser una experiencia no muy buena. Hay música que puede ser apreciada fácilmente, como un vals de Strauss, un primer movimiento de la Quinta Sinfonía, de Beethoven; pero si nos vamos a terrenos de música más especializada, podría ser un poco más pesado para la gente que no tiene contacto con este tipo de música. La cuestión está en ir poco a poco. Se puede comenzar, por ejemplo, con Vivaldi, Tchaikovsky, que es lo más conocido, y poco a poco, cuando se aprecie esta música, se podrá disfrutar obras mayores.

Juan Diego Flórez es un referente para que los artistas vean al Perú como un destino, pero para la sociedad peruana, ¿el tenor puede jugar un rol importante para llamar la atención en este tipo de música?

Creo que sí, que es un trabajo desde los cimientos. Ha formado un programa social que busca ayudar a los niños y jóvenes que están en riesgo de perderse socialmente, entonces una manera de prevenir esto es el programa social de ‘Sinfonía por el Perú’. Me parece muy interesante, pero debe verse como un programa social, no es una escuela de música que vaya a reemplazar al Conservatorio. Convertirse en un músico profesional es un proceso muy largo, que requiere muchos años de preparación.

¿Cuánto le beneficia al alumno en la parte académica tener grandes espectáculos en el escenario?

Ver a alguien en un escenario hacer música siempre es una motivación, pero ver artistas de este nivel, tener contacto, poder escucharlos e incluso tener la oportunidad de escuchar las clases maestras que dan es algo realmente invalorable. Es muy importante para la formación de cualquier músico tener un referente, sobre todo si son artistas que ya han llegado y están en un nivel muy alto, no solamente de popularidad, sino en evolución. Tener contacto con esa persona en una clase maestra, un taller o simplemente escucharlo es vital para el aprendizaje.

¿En cuánto ayuda a la sociedad peruana la democratización de la música clásica, que llegue a otros sectores?

Toda sociedad se mide por el grado de humanidad relacionado con la cultura. Es un índice de qué tan avanzada es una sociedad y cuánto está progresando. El mundo te golpea, entonces hay una tendencia natural en la sociedad a volverse insensible. La música clásica ayuda a sensibilizar y a que las personas tomen en cuenta su condición de humanos. La música, como cualquier gran arte, nos da conciencia de nuestra condición humana.

El Perfil

Nombre: Bertrand Valenzuela

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