Además de las editoriales y los profesores, ¿El Ministerio de Educación tiene alguna responsabilidad en este «negociado» de textos escolares? 

Estoy segura de que el Ministerio conoce de estas prácticas desde hace muchísimo tiempo. Me consta que las editoriales de textos escolares hacen negocio de esa manera. Es decir, pese a que está prohibido solicitar libros obligatoriamente y el Ministerio reparte textos, es usual que los promotores vayan a los colegios estatales a ofrecer libros. Las autoridades se hacen de la vista gorda.

¿Por qué?

Porque es una fuente de ingreso para los maestros. Creo que el Ministerio es cómplice porque es una forma de compensar los bajos salarios de los docentes. Es una manera errónea y atenta contra los padres de familia.

Se trata de una práctica antigua pero recién sale a la luz.

Esta práctica es de hace muchos años. No es un problema de este gobierno. Viene desde mucho tiempo atrás.

¿Qué se debe hacer para solucionar este problema? 

La Cámara Peruana de Libro anunció que va a expulsar a las editoriales que no firmen un pacto de honor y que estén incurriendo en este tipo de prácticas. Sinceramente, no creo que suceda nada de eso. Las editoriales firmarán el pacto pero a la hora de la hora, los profesores y directores están acostumbrados a sus comisiones. Esto ha sido una práctica instaurada por las editoriales para hacer negocio y no creo que la quiten tan fácilmente.

Entonces el problema continuará…

Lo que se tiene que hacer es prohibir la venta de libros través de los colegios. Y se debe cumplir con la ley de que no existe la obligatoriedad de comprar textos, sobre todo, cuando es el Ministerio de Educación quien entrega libros a los colegios estatales. Otro es el caso de los colegios particulares, porque allí no hay un reglamento que te diga si el alumno debe comprar o no. Eso es potestad de cada colegio. Allí sí será un poquito más complicado. Pero el negociado se suele dar en los colegios en los que los profesores ganan poco.

El Estado debe poner mano dura…

El Estado debe ser mucho más firme. No puede hacerse de la vista gorda porque va en contra de los padres. Este negociado redunda en la menor calidad de la educación, porque lo que interesa no es qué texto es mejor, sino qué editorial les da más. Pongo un ejemplo: Hace unos días conversaba con una persona que fue a un colegio a dar una charla a nombre de una editorial. Hablaba sobre el beneficio de su libro y la comprensión lectora. A mitad de su exposición un profesor levantó la mano y le dijo «señorita disculpe, pero qué nos van a dar». A ese nivel de descaro se ha llegado.

Por lo que dice, deduzco que no es ilegal este tipo de prácticas.

No es ilegal, pero es inmoral. Es poco ético, por supuesto, ofrecerle una comisión al profesor por libro vendido, que es lo que sucede. Es poco ético decirle a un profesor: «si tú me adoptas este libro te regalo una licuadora o una viaje».

Precios tan caros perjudican a la educación.

Sin duda. Un niño pobre con una familia de recursos limitados hará un sacrificio y gastará mil soles en cada texto por cada hijo. Tienes lenguaje, matemática, historia, son como 400 soles. Si tienes tres hijos el padre gastará mil soles en textos, sin considerar los útiles. Ten en cuenta que la educación no solo son textos escolares. Es también la distracción, y otras formas de bienestar, todo forma parte de una estructura más compleja.

¿Se puede fiscalizar a esas empresas?

Sí se puede, pero si no es ilegal, no hay mucho que se pueda hacer. Lo que sí es ilegal es lo que viene haciendo, que se inflan los precios.

¿Existe una sanción?

La sanción es básicamente moral. Debe haber un jalón de orejas y que se reaccione. Más en un país como el nuestro, en donde no van a venir a hacer que la gente pague más de lo que se debe, sobre todo por un valor tan importante como es la educación.

Entrevista: David Gavidia