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"Europa no es un lugar feliz"

Se encuentra en la PUCP para participar en un curso de la Maestría en Derecho con mención en Política Jurisdiccional que dura hasta el 8 de julio. Sus estudios de Doctorado en Derecho Constitucional, su experiencia en Brasil y su amplio conocimiento sobre Latinoamérica lo avalan como un especialista en Derecho comparado entre Europa y nuestro continente. Recogimos algunas de sus impresiones sobre algunos dilemas constitucionales en la coyuntura peruana, sobre la institucionalidad en Brasil y la situación en Europa.

  • Michele Carducci

¿Cómo le interesó el Derecho en Latinoamérica?

Por accidente… En el año 1999, la Universidad del Salento, donde yo trabajo, ganó el primer programa universitario de internacionalización en Italia. Este programa buscaba construir relaciones con América Latina, sobre todo con Brasil, porque es el primer país con presencia italiana en el mundo. Son veinticinco millones de origen: de primera, segunda, tercera, cuarta generación. Es un tercio de la población; el italiano es la lengua más difundida luego del portugués. La idea del gobierno de aquel entonces era promover un acuerdo bilateral Italia-Brasil para el reconocimiento de títulos universitarios e intercambios estudiantiles. Esta fue la ocasión para conocer el mundo brasileño y luego el latinoamericano. Era en el período final de los años noventas, cuando se desarrollaba todo el debate del constitucionalismo en Latinoamérica. En vista de ello, tuve el interés de profundizar mi investigación en Brasil, México, Argentina, Centroamérica, y, finalmente, Perú.

Por dicho motivo, Ud. ha tenido acceso a la realidad brasileña in situ y la conoce muy bien. ¿Qué opinión le merecen Brasil y el ex Presidente Lula?

Brasil me parece la realidad latinoamericana más institucionalizada en la actualidad. Desde hace veinte años tiene una Constitución, problemática en algunos aspectos, sí, pero con un sistema federal bien organizado a diferencia del mexicano, por ejemplo. Brasil me parece un punto de referencia interesante en Latinoamérica. No es casual que sea un gigante mundial como Rusia, India y China. Sobre Lula, yo creo el balance es positivo. Es cierto que ha habido algunos casos de corrupción al interior del Partido de Trabajadores, pero me parecen más interesantes dos cosas. Primero, no rompió con el gobierno precedente de Fernando Henrique Cardozo, lo que significó la continuidad de la credibilidad económica de Brasil y, también, estabilidad. En segundo lugar, el sistema de welfare que experimentó no era un sistema subsidiario de asistencia sino de promoción y de facilitación fiscal. Con el sistema «Bolsa Familia», por ejemplo, se produjo la movilidad social de casi un tercio de la población que estaba en una condición de pobreza, y que ahora pertenece a la clase media.

¿Hasta qué punto cree Ud. que es válida una Constitución como la peruana, que fue promulgada en 1993 tras el autogolpe de 1992?

Mi opinión personal es que sería mejor cambiarla. El problema es que un debate sobre el cambio constitucional sin asociarlo con una memoria histórica del pasado es un debate sin fin, sin solución, eterno. He conversado con el profesor Gorki Gonzáles sobre el caso peruano, y me parece que la Comisión de la Verdad y Reconciliación no ha constituido un punto de partida para un cambio, como sí lo fue en el caso de Sudáfrica. Lo importante es compartir el futuro. Sin embargo, si no se ha compartido el pasado, ¿cómo se puede discutir sobre el futuro? El caso de la hija de Fujimori es resaltante. En Lima ha obtenido la mayoría de votos, lo que significa que incluso personas democráticas que tienen en consideración los derechos y la libertad optaron, entre uno y otro candidato, por la hija de Fujimori. Es como en Italia con Berlusconi, que está gobernando desde 1994, con dos paréntesis breves y desastrosos de la oposición. Un personaje que es un caudillo, anti-democrático, inmoral, corrupto, machista, populista, no respeta la ley porque es millonario. Tiene actualmente 19 procesos, y en total ha tenido 67 procedimientos penales, pero no está condenado gracias a todas las leyes personales que ha hecho en estos años. Todo el mundo lo sabe, pero votan por Berlusconi él porque es «el mal menor».

Se debate actualmente si indultar o no al ex Presidente Fujimori. ¿Cuál es la diferencia entre «indulto» y «amnistía»? ¿Lo considera constitucional?

El indulto es un perdón de la pena, en el sentido de que se deja de castigar al acusado, aunque sigue siendo culpable. La amnistía, en cambio, se refiere a que se deja de perseguir un delito. La persona que es perseguida por un delito ya no necesita ser privada de su libertad. Si es constitucional, no lo sé, pues no conozco bien el contexto constitucional legislativo peruano para contestar correctamente esta pregunta. Teóricamente, sí. Ahora bien, como decía, se puede perdonar, si hay un reconocimiento común del pasado para bien y para mal. De lo contrario, es una derrota para el país. El perdón es un acto maravilloso para reconstruir reconocimiento común, no para rehabilitar a una personaque representa un consenso, una identidad, una visión del poder -un sistema de democracia autoritaria-, como lo es Fujimori

El curso en el que Ud. participó hace pocos días giraba en torno al Neoconstitucionalismo y el Cross-constitucionalismo. A grandes rasgos, ¿en qué consistió dicho curso?

El curso tiene una finalidad crítica: re-contextualizar el contexto europeo para desmitificar la imagen de una Europa paradisíaca. Para comparar, primero se tiene que conocer. La primera etapa de una comparación es el conocimiento, la contextualización histórico-política, para luego ver la posibilidad de imitar, pues la imitación sin contextualización no tiene sentido. Europa es un contexto diferente, no mejor. La mitificación solamente produce un falseamiento intelectual, un falseamiento que perjudica a un intelectual práctico como el jurista. En vista de ello, el Neoconstitucionalismo es una especie de mitología latinoamericana. Representaría una mezcla, un magma de tendencias culturales y de técnicas interpretativas del Derecho Constitucional que genera confusión y situaciones problemáticas. Aunque suele ser sinónimo de progreso e innovación cultural, produce, a su vez, una imagen falseada y deformada sobre la experiencia constitucional europea. En síntesis, el Neo-constitucionalismo no tiene nada de «neo-«, es un pseudo-constitucionalismo.

¿Hasta qué punto es un mito la imagen de una Europa perfecta?

Es un mito, un falseamiento. El proceso de unificación europeo ha sido más problemático de lo que se cree. Por una parte, Europa es un lugar feliz, porque ha tenido una historia diferente. Nunca ha sido el patio trasero de los Estados Unidos como Latinoamérica, infelizmente para ustedes. Sin embargo, por otra parte, Europa no es un lugar feliz. No es verdad que sea el lugar donde se cumplen todos los derechos fundamentales. Basta mirar el fenómeno del desastre financiero de Grecia, los problemas de Portugal, «los Indignados» en España, el nivel de desarrollo italiano de 0%. No uno por ciento, cero. Estos son los cuatro países europeos al borde del desastre financiero: Grecia, Portugal, España e Italia. Asimismo, Europa no tiene una política común de inmigración, por ejemplo.

¿En qué consistiría, entonces, el cross-constitucionalismo?

En un constitucionalismo cruzado. Consiste en utilizar decisiones judiciales, teorías, argumentos extranjeros para interpretar el contexto propio. Por ejemplo, algunos jueces brasileños deciden sobre una controversia concreta de su país utilizando las ideas de un autor europeo como Peter Häberle, muy importante a nivel mundial pero quizás irrelevante para dicha controversia. Es un daño porque no permite producir un patrimonio doméstico de práctica constitucional. El Derecho Constitucional es particular, puesto que utilizar cualquier derecho extranjero significa imaginar que se puede tener la historia, la política, y la cultura de un Otro. Por ello, el cross-constitucionalismo es un cruce peligroso, porque produce una desorientación absurda. Se genera una ilusión óptica problemática, casi esquizofrénica, pues hace parecer que los jueces y abogados progresan y son desarrollados, pero la realidad es diferente.

Más información
Coherente con su compromiso de constituirse en la instancia continental de referencia obligada para el diálogo, investigación y difusión de temas jurisdiccionales tanto nacionales como internacionales, la Maestría en Derecho con mención en Política Jurisdiccional lleva a cabo, hasta el 08 de julio, el Curso de Especialización Neoconstitucionalismo y Cross-constitucionalismo, a cargo de este reconocido jurista italiano. Conoce más del programa aquí.

Entrevista: Jesús Hidalgo

Foto: Mario Lack

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