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“El diseño centrado en el usuario humaniza a la sociedad”

Cuando Ricardo Imbert trabajaba como profesor de ingeniería de software y nunca le convencieron las metodologías de desarrollo planteadas por los libros. Todas siempre fallaban, hasta que le propusieron dictar la asignatura Interacción Persona-Ordenador, en la que descubrió un área apasionante llamada diseño centrado en el usuario. Sobre este tema conversamos con él, ahora vicerrector adjunto de sistemas de información de la Universidad Politécnica de Madrid (España), durante su reciente visita la PUCP invitado por nuestra Maestría en Informática, como parte del Mes Internacional.

  • Ricardo Imbert
    Vicerrector adjunto de Sist. de Información de la U. Politécnica de Madrid (España)
  • Texto:
    Andrea Burga Villanueva
  • Fotografía:
    Héctor Jara

¿Qué entiende por diseño centrado en el usuario (UCD, por sus siglas en inglés)?

El UCD consiste en planificar lo que vas a hacer pensando en el usuario: saber quién es, qué requiere, cómo intenta resolver sus problemas y, en función de esas necesidades o dificultades, elaborar soluciones de diseño. Y no construyes al entender todo, sino que haces prototipos y los enseñas. Si te equivocas, vuelves al usuario, investigas y evalúas hasta que tienes un producto cercano a lo que quiere. No tiene que ser necesariamente perfecto, solo suficiente, y con eso le basta al usuario.

¿Qué desafíos ha encontrado al enseñar UCD a los estudiantes de ingeniería informática?

Muchos de ellos tienen como ídolo a Neo, de la película Matrix, y quieren ser unos hackers que no hablen con el mundo. Trato de romper con eso cuando le digo a mis alumnos que vamos a plantear un problema de la vida real, elaborar un proyecto interactivo con usuarios reales, entrevistarlos, observar cómo intentan hacer lo que quieren resolver, sacar información y, con base en eso, construir una solución. Otra cosa que cuesta es enseñar un producto a medias. A los informáticos nos encanta mostrar el producto cuando hemos ajustado el último pixel, cuando está todo perfecto. Perdemos tanto el tiempo que cuando lo mostramos y el usuario nos dice que no está bien, no lo vamos a querer tirar ni cambiar porque nos hemos enamorado del software. En UCD hacemos prototipos dibujados en papel y le pedimos al usuario que imagine hacer una tarea con todas las pantallas hechas a mano. No tarda nada, pero se saca una información increíble y los estudiantes entienden el valor que tiene.

En la charla que dictó hablaba de que el UCD facilita trabajar en entornos de alta incertidumbre, ¿a qué se refiere?

En ingeniería, la mayor parte del tiempo, desarrollamos sistemas en los que no sabemos la solución al cien por ciento. Hay muchos factores que pueden alterar el desarrollo de software: un usuario nuevo, un cliente con el que nunca has trabajado, un equipo de desarrollo que no tenga experiencia con una herramienta, el conocimiento del negocio que estás tratando, la situación política que lo rodea. En ese sentido, el UCD permite aproximarse al problema poco a poco, ir iterando y evaluando hasta ver que funciona. Por ejemplo, en la charla contaba la experiencia que tuve en el desarrollo de un software de gestión de calidad para docentes, que sustituyó a otro que había sido un fracaso. Me llamaron y lo enfoqué con un diseño centrado en el usuario porque veía que las herramientas que se habían utilizado no eran buenas, y, sobre todo, veía que nadie se había sentado con los profesores para ver cómo lo manejaban. El software estaba hecho a imagen y semejanza de unos informáticos que se imaginaron cómo debía ser. Cuando tienes mucha incertidumbre tienes que probar mucho, porque la posibilidad de fracaso es muy grande. Nosotros reemplazamos el programa y ahora está implementado en toda la universidad, y creo que su éxito se debió a la forma en cómo lo afrontamos.

¿Cómo contribuye el UCD a la accesibilidad de las personas?

Si queremos generar una experiencia personal con el usuario, tenemos que darnos cuenta de que no todos son iguales. Si pienso que tiene que haber buen contraste entre el fondo de mi página web y el texto, una persona que tiene pérdida visual o que tiene daltonismo lo va a poder leer mejor. Y hay quienes pueden decir que es para unos poquitos, pero pensemos en cuánta gente usa gafas, cuántos vamos a terminar usando anteojos, y no cuesta nada. Da igual etiquetar las imágenes en tu software para que una persona que no ve lo pueda leer con su lector de pantalla. Si ahora tienes que etiquetar un millón de imágenes es un problema, pero si diseñas desde el principio pensando en todos los usuarios no vas a tener dificultades. Realmente, la accesibilidad es para todos.

¿Cómo beneficia a la sociedad el UCD?

El diseño centrado en el usuario humaniza a la sociedad porque intentas pensar en el individuo, no en grupos. Es una aproximación más; a lo largo de la historia ha habido otros acercamientos, pero considero que esta es especialmente buena porque consigues productos al alcance de todos. Un iPad no lo utiliza solo una persona joven y tecnológica. Mi madre tiene más de setenta años y lo usa porque puede ampliar con los dedos; no le interesa el sistema operativo que hay debajo, eso no lo entiende, solo sabe que compartir fotos o enviarle mensajes a sus amigas es muy fácil. Eso es hacer un diseño al alcance de cualquiera.

¿Para qué nos visitó?

Evento: Charla «Diseño centrado en el usuario como estrategia de éxito en contextos interactivos con alta incertidumbre»
Organizadores: Maestría en Informática

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