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La alteración de las variables ambientales y patrones de precipitación, el incremento de temperaturas y la creciente concentración de dióxido de carbono en el bosque amazónico están llevando a las especies a enfrentar los límites de su adaptación. “Los árboles de madera dura -más susceptibles a estos cambios- están preparados para vivir en cierto rango de temperatura y se adaptarán hasta donde puedan. En ese momento, se debilitan, mueren y empiezan a preponderar otras especies”, explica el Dr. Cosio.
 
La adaptación ocurre por migración, las especies se van mudando a donde pueden adaptarse. Dependen muchas veces de los animales para transportar sus semillas a nuevas zonas de distribución. A lo largo de un nuevo ciclo de vida, si la temperatura es adecuada, esas semillas germinarán más arriba. Si la planta no prospera, allí se acaba su rango de adaptación. “Si la tasa de cambio climático es más rápida que la tasa de migración potencial que tiene una especie, se extingue. A veces, tenemos escenarios apocalípticos, pero también sorprende que el mundo viviente es muy adaptable”, comenta el profesor Cosio.