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Solidaridad con el pueblo de Nepal tras el terremoto del 25 de abril de 2015

Si bien la distancia entre el Perú y Nepal es extrema, ello no puede limitar nuestro sentido de solidaridad.

El sábado 25 de abril de 2015, a las 11:57 hora local, se suscitó un terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter en el país asiático de Nepal, cuyo epicentro se situó a 80 kilómetros de su capital Katmandú y a solo 15 kilómetros de profundidad, lo que lo hizo devastador. En un inicio se registraron 1,800 muertos, luego se difundió la cifra de 2,500 muertos, y en los últimos días los registros oficiales señalan que el número de muertos supera los 6,800 pero que en los próximos días se superaría los 10,000 muertos. Al lado de ellos, se lleva el registro de más de 14,000 heridos y un número indeterminado de desaparecidos.

La situación es más trágica en la zona rural del entorno de Katmandú. Mientras que la población de esta ciudad capital está huyendo en cientos de miles hacía otros lugares, incluyendo países vecinos, por temor a las epidemias y las réplicas del terremoto, otros miles de ciudadanos nepalíes de las zonas rurales buscan llegar a Katmandú por alimento y atención médica. La magnitud en muertos, heridos y daños materiales de las zonas rurales recién se conocerá en los días siguientes, tal como ocurrió en Perú tras el sismo de Pisco 2007, y suele ocurrir en los terremotos del mundo dada la mayor vulnerabilidad de la población rural.

¿Qué hacer desde países como el Perú? ¿Cuál puede ser nuestra acción concreta de solidaridad a pesar de la distancia del Perú con respecto a Nepal? Teniendo en cuenta la aceptación pública del gobierno de Nepal de carecer de capacidad para responder a la tragedia, es importante sumarnos como país o Estado a la situación de emergencia.

Algunas de las formas concretas de apoyo pueden ser las siguientes:

  1. Ofrecer y materializar el traslado de un equipo especializado de rescate o salvataje. Aunque este equipo debió partir apenas se conoció el terremoto, aún su apoyo puede ser útil en las zonas rurales.
  2. Ofrecer y materializar el traslado de equipos especializados de personal médico y para- médico. Aunque estos equipos son escasos en nuestro país, es la oportunidad de conformarlos, implementarlos o fortalecerlos, con el fin de consolidar una escuela de profesionales y técnicos con dicha especialización.
  3. Envío de ayuda material en alimentos y medicina a través de nuestras embajadas más cercanas.
  4. Apoyo o respaldo a los organismos internacionales como la ONU y la Cruz Roja para que continúen desarrollando sus actividades de emergencia. Últimamente se ha constituido, con el respaldo internacional, un fondo de 415 millones de dólares, pero es seguro que en los meses siguientes se requerirá de un mayor apoyo.
  5. Mantenernos informado a partir de la acción de nuestras embajadas cercanas y difundir las noticias y necesidades a través del portal del Instituto Nacional de Defensa Civil – INDECI para ofrecer y materializar todo tipo de apoyo de carácter nacional. Es lamentable que en el portal del INDECI no aparezca una noticia sobre el terremoto de Nepal, cuando nuestro país tiene características semejantes a los de dicho país.

Si bien la distancia entre el Perú y Nepal es extrema, ello no puede limitar nuestro sentido de solidaridad. Este, más que un principio es un derecho, por tratarse de países semejantes que conviven con amenazas sísmicas, y como derecho también se manifiesta en obligación. Pero el enviar equipos especializados de salvataje y médicos no solo es cumplir con esa obligación, sino que además significa una oportunidad de fortaleza: solo a través de esta experiencia in sito nuestros equipos de profesionales y técnicos estarán más preparados para socorrernos cuando ocurra un terremoto en nuestro país. Pero, además, se trata de compartir una experiencia que será emulada por otros países también lejanos, lo que podría repetirse en situaciones semejantes a nuestro favor por reciprocidad.

Nepal vive hoy su hora trágica por el desastre tras el terremoto en el que se encuentra sumergida su población. Si bien su gobierno y, sobre todo, su propia población son los que deben conducir la situación de emergencia y posterior reconstrucción, el apoyo que reciben de los organismos internacionales y de países vecinos como China, India y Rusia es indispensable. Pero ello no limita que países como el Perú se sumen en esta solidaridad para hacer posible que el sufrimiento de dicha población sea menos doloroso.

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