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Redes sociales: ¿las usas o te usan?

  • Carlos Saleme
    Director adjunto de Tecnologías de Información y docente del Departamento de Ingeniería

Lo que diferencia a las generaciones «nativas» de los “tíos digitales”, más que el conocimiento y el nivel de uso de la tecnología, es la importancia y emoción que le dan, y la medida en que involucran sus sentimientos personales y el ámbito más íntimo en ella. Pasados suficientes años para considerar a algunas redes sociales como parte de la cultura global, sabemos que estas son usadas, por la mayoría, de manera inconsciente y se han integrado como parte de nuestra interacción cotidiana.

Recientemente se han publicado los resultados de un experimento científico realizado para comprobar el contagio emocional entre contactos en redes sociales. No es la primera vez que Facebook analiza su “big data”; sin embargo, en esta ocasión, además, influyó en el comportamiento de casi 700 mil usuarios que, como “conejillos de indias”, recibieron novedades filtradas por la red social.

El estudio comprobó una correspondencia entre las actualizaciones que llegaron a los timelines de sus usuarios (seleccionados por Facebook) y las reacciones de los mismos (que se manifestaron en los posts que publicaron luego). Muchos de los usuarios no se hacen problemas sobre cómo es seleccionada la información que recibe, igualmente a otros no les interesa que esta sea filtrada y manipulada por Facebook. No obstante, el aspecto más preocupante del experimento es que no se solicitó consentimiento alguno a los usuarios de la muestra. Probablemente, desde la perspectiva meramente legal, no se ha infringido la ley: los términos y condiciones de uso, que gran parte de los usuarios acepta sin leer, permiten a Facebook usar sus datos para investigación. La pregunta, sin embargo, es otra: ¿fue éticamente correcto? Facebook arguye que, precisamente, el motivo de la investigación fue su preocupación por el impacto emocional de la red y que faltó explicar mejor las motivaciones del experimento.

En este caso, sería mejor plantear una pregunta más personal: ¿cómo te sentirías si te enteras de que fuiste parte de la muestra y que tu estado de ánimo fue manipulado y luego corroborado por “científicos”? Sí, te imagino por lo menos un poco fastidiado, pero ¿cómo saber si fuiste o serás parte de la muestra? Nunca lo sabrás, aunque si has leído este artículo, podrás darte cuenta, entre líneas, de que la probabilidad de que esto suceda será proporcional a la cantidad de datos que tengas registrados, al número de “Me gusta” que das a páginas de productos, y –ahora comprobado– a si compartes información o pones “inofensivos” emoticones correspondientes a tu estado de ánimo.

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