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La responsabilidad social universitaria en tiempos de emergencia y desastre

  • Lupe Jara
    Docente y coordinadora de la Unidad de Responsabilidad Social de Psicología

Las situaciones de crisis nos retan. Además del miedo, la angustia, el dolor, la pena, entre otros, pueden activarse también la empatía, la solidaridad, la responsabilidad, la imaginación, el trabajo en equipo, la capacidad para organizarse, el liderazgo y más.

La emergencia y el desastre que estamos viviendo demandan una respuesta de la sociedad de nuestra comunidad universitaria. En estos días, hemos sido testigos de una avalancha de voluntarios dispuestos a apoyar “en lo que haga falta”. Esta disposición comprometida está siendo canalizada, organizada y articulada con el Estado gracias al trabajo de la DARS. Al respecto, la DARS ha señalado cuatro fases de respuesta a la emergencia: ayuda humanitaria, brigadas logísticas, brigadas especializadas y reconstrucción.

Respecto a las brigadas especializadas, en Psicología venimos activando las Brigadas Psicológicas, desde el año 2001, en diferentes lugares del país que, como señalaba Cecilia Thorne, “son una expresión de solidaridad con la sociedad y compromiso con la profesión”. Estas, compuestas por estudiantes, profesores y egresados, han sido una fuente de importantes aprendizajes y enriquecimientos mutuos entre brigadistas y comunidad.

En esa línea, la Unidad de Responsabilidad Social de Psicología tiene claro que el encuentro entre nuestra comunidad académica y nuestra sociedad implica un vínculo recíproco; que ser prójimo y hacerse prójimo -tal como reflexionó el R. P. Gustavo Gutiérrez en la inauguración del año académico 2017-1 es ir al encuentro del otro y ponernos en su camino, para reconocerlo y ser reconocido.

En tal sentido, buscamos que el accionar de los voluntarios sea solidario y también formativo. Así, mientras favorecemos que se fortalezcan los recursos individuales y colectivos de la comunidad frente a la adversidad, también alcanzamos un conocimiento más profundo de la realidad y de los modos más efectivos y éticos de aproximarnos a ella. De este modo, el camino para apropiarse de los saberes especializados de la carrera encuentra su sentido más significativo en el campo social al abocarse a la solución de problemas reales y relevantes. Desde este enfoque, el accionar de los voluntarios puede ser transformador del contexto y de ellos mismos, al proveerse de capacidades y experiencias sociales formativas que mejoran su desenvolvimiento académico y profesional.

La Unidad de Responsabilidad Social de Psicología entiende así que su misión es contribuir con la formación de profesionales responsables, sensibles, competentes y comprometidos con nuestra realidad, dispuestos a responder a los desafíos que esta les presenta, así como capaces de construir modelos teóricos desde una praxis pertinente y coherente.

En esta coyuntura, lo anterior se traduce en tres líneas de acción: una dirigida a nuestra propia comunidad PUCP afectada, otra a la sociedad y una tercera a los voluntarios. Intentamos tener una mirada integral que nos permita cubrir diferentes frentes, por lo que nos enfocamos en el fortalecimiento de los recursos y en los aprendizajes que estas experiencias nos dejan.

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