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Noticia

Perú y su participación en las Olimpiadas de Río 2016

Los Juegos Olímpicos ya comenzaron y Perú tiene 29 representantes en diferentes disciplinas. ¿Qué necesitamos para aumentar el número de participantes y medallas obtenidas? Daniel McBride, docente del Departamento de Ciencias de la Gestión, nos explica cómo la masificación de los deportes en nuestro país podría ayudarnos a despegar.

  • Texto:
    Solange Avila
  • Fotografía:
    Alex Fernandez

La mejora paulatina de Perú

A partir de un análisis del desempeño del deporte peruano en los juegos bolivarianos, sudamericanos, panamericanos y olímpicos desde 1992 a la fecha, el profesor McBride señala que alcanzamos el pico más alto en el Circuito Olímpico de 1992. El desempeño fue descendiendo hasta llegar a su punto más bajo en el Circuito Olímpico del 2004. Desde entonces, Perú crece levemente y cada temporada lleva una delegación más numerosa.

En Londres 2012, llevamos una delegación de 16 deportistas, ahora a 29, lo que significa una pequeña mejora. McBride observa que la suma es pequeña, porque no llevamos ninguna selección de deporte colectivo, como básquet, fútbol o hockey. Otros países de la región tienen selecciones más numerosas, entonces tienen más probabilidades de obtener medallas. Por lo tanto, no se trata de un bajo rendimiento de los deportistas nacionales, sino de una mejora notable de los países vecinos. Colombia lleva a Río una delegación de 155 deportistas; Chile, 42; y Ecuador, 38.

En cuando a la cantidad de medallas obtenidas, McBride destaca el caso de Colombia. En el circuito olímpico del 1992, obtuvimos un ponderado de medallas más alto que ese país, pero, a partir de entonces, ellos un desarrollo notable: en las Olimpiadas de Londres, obtuvieron ocho medallas incluyendo una de oro.

Colombia aprovechó su condición de país descentralizado para que los gobiernos regionales se responsabilizaran por el desarrollo de determinadas especialidades deportivas”, sostiene McBride. Desde la política han trabajado temas de educación física, pero el apoyo más significativo ha sido crear las condiciones necesarias para que los deportistas puedan dedicarse exclusivamente al deporte.

Perú tiene dificultades para consolidar la descentralización, pero se sigue trabajando en esfuerzos, aunque de forma más descentralizada. McBride destaca el caso de la única federación completamente descentralizada por la iniciativa de la población local: la de balonmano de Huancayo. Se espera que surja lo mismo en otras regiones del país.

La base de la pirámide

En términos generales, el sistema deportivo nacional se compone como una pirámide. La base es la iniciación, es decir, la formación en educación física que recibimos todos en la etapa escolar. El siguiente nivel es el de formación y competencia, conformado por personas con potencial, que se forman en una disciplina específica y participan en competencias nacionales, juegos deportivos escolares o se unen a clubes especializados en diferentes disciplinas. La cima de la pirámide es el nivel de alta competencia, conformado por los deportistas de élite que compiten a nivel internacional y representan a su país en competencias, como las del Circuito Olímpico.

Nuestro país ha tenido dificultades para el desarrollo de la iniciación base. El docente señala que uno de las más contraproducentes fue la disminución de presupuesto en la educación pública a fines de la década de 1980. “Esto significó un déficit definitivo porque muchas personas nunca recibieron formación en educación física de calidad”, detalla. Sin esta base, es poco probable que los deportistas pueden llegar a niveles de alta competencia. No obstante, el actual Ministerio de Educación está trabajando en mejoras que se verán a mediano y largo plazo. Un modelo de educación física de calidad debe estar integrado a la currícula y debe priorizar los deportes base que son atletismo, gimnasia y natación.

El círculo virtuoso

La opinión pública considera que el Estado no apoya a los deportistas. No obstante, McBride aclara que si bien el apoyo del Estado es importante, no es trascendental; en ese sentido, destaca el caso de Estados Unidos, donde el Estado no apoya a los deportistas porque ya existe una industria desarrollada. Muchas disciplinas deportivas tienen academias, canales de televisión, clubes, revistas especializadas, empresas de equipamiento e indumentaria y por lo tanto hay marcas que apoyan a los deportistas

Un referente similar en Perú es la tabla. Antes, los surfistas pedían apoyo al Estado o buscaban cómo financiarse. A partir de los logros de Sofía Mulanovich y otros deportistas, la Federación de Tabla pudo tener referentes para motivar a muchos a consumir el surf. Por consecuencia, las marcas empezaron a apoyar y ya no es tan necesario el apoyo del Estado.

La federación no se puede quedar con el subsidio del Estado todo el tiempo. Debe pensar en el componente de masificación, es decir, en promover que la población consuma y practique su deporte;”, sugiere McBride. El fútbol ya es una industria, pero el vóley, el rugby y otras disciplinas también tienen oportunidades. Estas federaciones deben usar el apoyo del estado como una palanca que les permita ser sostenibles en el futuro. El estado entonces debe ser muy estratégico en la asignación de los subsidios a los diferentes deportes teniendo en cuenta que hay deportes donde es difícil desarrollar una industria, como el taekwondo, judo, esgrima, ajedrez, entre otros. y que por lo tanto siempre van a necesitar el apoyo del estado.

A nivel de masificación, el consumo está aumentando. Deportistas como Gladys Tejeda eInés Melchor son referentes que atraen a las marcas auspiciadoras, entonces ya no necesitan tanto el apoyo del Estado. “Este es el círculo virtuoso al que se quiere llegar. De lo contrario, las selecciones tendrán que depender de los recursos del Estado y habrá épocas en las que no se tendrá el presupuesto necesario”, concluye.

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