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Noticia

Pabellón Peruano se estrena en Bienal de Arte de Venecia

El Perú obtuvo por primera vez un espacio en la Bienal de Arte de Venecia, una de las más importantes exposiciones artísticas del mundo. Max Hernández, a cargo de la curaduría, y los artistas Gilda Mantilla y Raimond Chaves tuvieron el reto de «representar» a nuestro país.

  • Texto:
    Miguel Sánchez Flores
  • Fotografía:
    Alonso Chero
  • Fotografía:
    Fernando Criollo

«La instalación se resuelve en un lenguaje abstracto, pero para nosotros no deja de referirse a cosas muy concretas”, menciona Gilda Mantilla al describir “Ruinas fuera de lugar”, nombre de la obra que ideó –junto con su pareja Raimond Chaves– para el primer pabellón peruano en la 56ª Bienal de Venecia. Este alude a un pasado precolombino de ruinas, pero también a un presente y futuro ruinoso, en el plano económico, social y político, en el que se incluyen aspectos como la sentencia a Fujimori o la matanza de peruanos en Bagua en el 2009.

La pieza, instalada en un espacio de 200 metros cuadrados en un viejo hangar veneciano, está realizada, en su mayoría, en cartón reciclado hecho en el Perú que, según Gilda Mantilla, sugiere a Lima y su clima, tiempo, tierra, grisura contradictoria de su cielo, y también a su clima social y político en ruinas, local y globalmente. En cada estación de la instalación, pensada para que el visitante interactúe, se evoca la temporalidad enmarcada en la idea de ruinas. “La instalación funciona por inmersión y está acompañada de una pista de audio que suena todo el tiempo”, menciona la artista egresada de la Facultad de Arte de la PUCP. Asimismo, señala que se buscaba que el espectador se zambulla en una experiencia a partir de estímulos muy diversos. “El arte contemporáneo es un lenguaje que necesita de códigos, pero también de la predisposición”, continúa.

MUNDO EN RUINAS

Este año, el tema propuesto por el curador nigeriano Okwui Enwezor para la bienal fue reflexionar sobre los problemas que aquejan al mundo. Para el Mg. Max Hernández, docente del Departamento de Arte y curador del pabellón peruano, el reto era doble al tratarse de la primera vez en la historia que el Perú tenía un espacio. “La instalación gira en torno a cuestiones ligadas a pertenencia, significación y traducción cultural, y también a la naturaleza del encargo, que es el de ser el primer envío peruano a Venecia con todo lo que eso implica”, menciona. Y añade que la pieza hecha de cartón puede evocar ruinas precolombinas o configuraciones urbanísticas que, al ser hechas con un material reciclado de desechos, suponen también dinámicas de producción relacionadas con una economía de subsistencia local.

La bienal también supuso el reto de construir un discurso para una mirada no local. En ese sentido, para Gilda Mantilla se trataba de una perspectiva crítica que implicaba reflexionar sobre el significado de la representación y de la traslación en un contexto ajeno al peruano. “Nos interesaba la idea de que las miradas sobre el arte no son puras, vírgenes, sino que están impregnadas de conocimientos previos y, en ese sentido, preguntarnos qué posibilidades hay de una verdadera comunicación o traducción”, finaliza.

Intercambio educativo

Luego de un proceso de selección entre todos los alumnos de nuestra Maestría en Historia del Arte y Curaduría, Mayra Castillo fue elegida para visitar la Bienal de Venecia este mes de octubre. “Decidí postular porque pensé que sería una oportunidad valiosa para conocer cómo se plantea un concepto curatorial y cómo es entendido, asimilado y reflejado por los diferentes países invitados del mundo”, menciona. En ese sentido, Mayra comenta que el viaje servirá para ampliar los horizontes conceptuales y los referentes para su tema de tesis, referido a curaduría y memoria. “Esto también es aplicable a mi deseo de trabajar en curaduría y gestión cultural cuando termine de estudiar”, agrega. Este viaje es posible gracias a un acuerdo de colaboración interinstitucional entre nuestra Maestría en Historia del Arte y el Ministerio de Cultura, el diario El Comercio y la fundación Wiese. La Dra. Cécile Michaud, directora de este programa de posgrado, señala que el convenio no solo incluye el traslado y la estadía en Venecia para un estudiante sino, además, el compromiso para seguir generando espacios de discusión y conocimiento.

Foto: Mauro Romanzi

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