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Noticia

"No sé si llegará la justicia, pero moralmente las condenas están claras"

Fernando Vílchez, director de «La espera: historias del Baguazo» y egresado de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la PUCP, nos cuenta el proceso de realización de este documental y por qué no pudo estrenarse en salas comerciales como estaba previsto.

  • Texto:
    Luis Yáñez

El 5 de junio iba a ser el estreno de su documental. La fecha era precisa: caía jueves, día que se renueva la programación cinematográfica semanal. Sin embargo, pese que ya había acordado su difusión en salas comerciales con más de ocho meses de anticipación, Fernando Vilchez, director de La espera: historias del Baguazo, no pudo proyectarla en pantalla gigante.

“Las cadenas de cine se echaron para atrás. Algunos administradores fueron muy honestos y dijeron “Tu película es muy política”. Otros empezaron a patear la fecha y se fue diluyendo la relación. Al final, va a llegar a mucha más gente de lo que esperábamos”, recuerda Fernando, quien hoy al mediodía mostró la película en el Auditorio de Ciencias Sociales de la PUCP, ante una sala llena de estudiantes ávidos de saber qué fue lo que pasó ese día gris.

En el transcurso de esta y la siguiente semana, La espera se presentará en 10 universidades, 8 centros culturales y en centros sociales como Quilca o Cantagallo. También se verá en provincias (como Iquitos, Ica y Cusco) y en cinco países de la región (Brasil, Argentina, Colombia, Ecuador y Bolivia). Además, el jueves se distribuyó el DVD a nivel nacional de manera gratuita junto con el diario La República, cuya edición se agotó. “A veces viene bien la censura«, dice con ironía.

Ingreso al mundo awajún

Para realizar este documental, Vílchez tuvo que encontrar una manera de ingresar al lugar de los hechos: las comunidades indígenas awajún, que suelen mostrarse desconfiados ante los extraños. “Me pidieron que a cambio hiciéramos algo para ellos. Les ofrecí hacer un taller de video para jóvenes indígenas y aceptaron. Tres personas nos metimos a las comunidades con dos camaritas. Durante semanas y semanas convivimos con ellos y mientras les enseñábamos a grabar, los grababa yo a la vez”.

Ya ganada la confianza, hallar testimonios resultó sencillo. “En Bagua, toda la gente está deseosa de contar qué fue lo que pasó. Hay mucho material grabado por los vecinos en sus celulares y que se ven en el documental. Hay mucha información libre para quien desee recuperarla.”

Posteriormente, el documental pasó a una etapa de investigación más estricta, puesto que hacía referencia a un tema judicial que aún está abierto. Para ello, Fernando contó con la ayuda de Claudia Cisneros, Paola Ugaz y Katherine Subirana que se encargaron de la producción periodística y de coordinar las entrevistas con los actores políticos implicados en el caso. Como dice Vílchez, la película es una mezcla de documental de cine y de informe televisivo.

«El documental muestra información nueva; no son pruebas concluyentes de juicio, pero casi. Emocionalmente, no te queda ninguna duda. Estoy seguro de que quienes vean la película acabarán indignados. El caos fue tan grande y absurdo que quizá se pudo haber evitado tanta violencia. A mí me fastidia, me irrita lo que pasó. Y está bien que el cine logre eso”.

Proyección

Del 2 al 6 de noviembre del 2013, Fernando organizó proyecciones especiales de una versión preliminar del film para conocer la reacción del público, que llenó la sala en todas las funciones. No obstante, tanta atención popular y mediática provocó amenazas e intimidaciones.

“Luego de estas presentaciones, alguien que se hizo pasar como uno de los dueños de UVK nos citó a mi productora y a mí para una reunión en Larcomar, que no duró ni cinco minutos. Estos señores nos dijeron: “Queremos comprar la película, pero no para mostrarla, sino para una investigación privada”. Luego cambiaron su discurso a: “Ya hemos visto la película, tiene muchos datos erróneos, no saben lo que están haciendo, sabemos dónde viven”.

Fernando cuenta que tras esta fugaz reunión, una persona los siguió sin reparos por el centro comercial. No importaba a qué tienda entraban, este sujeto iba tras ellos. Finalmente, hablaron con el real dueño de UVK, quien llamó a la policía para poder garantizarles una salida sin contratiempos. “Unos días después encontramos a este señor en Facebook y vimos la estrella del APRA al lado de su foto de perfil.  Estaba en plena campaña al Colegio de Abogados o algo así”, recuerda el director.

Otra visión del mundo

“Yo estaba muy cansado de La espera en ese momento, no por la película sino por todo lo que estaba pasando alrededor de ella. Necesitaba reconciliarme con el tema”, confiesa su realizador. Fue así que revisando el material que le sobró, encontró los videos que los jóvenes awajún grabaron durante su taller de video.

Con estas y otras imágenes armó Solo te puedo mostrar el color, cortometraje de 26 minutos que se estrenó en la 64° edición del Festival de Berlín, como parte de la Sección Oficial de Competencia de Cortometrajes (Berlinale Shorts). “Fue maravilloso. Nadie se creía lo que había pasado ni que el presidente García podía volver a ser reelegido”. El corto se está proyectando como parte del IV Festival Internacional de Cine Lima Independiente y se están coordinando futuras presentaciones.

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