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Noticia

Problemas de aprendizaje: El SUTEP y la reforma magisterial

Dos semanas después de haber iniciado su décima huelga nacional indefinida, el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP) continúa con sus medidas violentas de protesta en la capital y en el interior del país. Se oponen a la aprobación del proyecto de Ley de Reforma Magisterial, que renovaría la carrera pública magisterial por completo. Alberto Patiño y Carmen Coloma, docentes del Departamento de Educación de la PUCP, analizan la situación.

  • Texto:
    Luis Yáñez
  • Fotografía:
    Yanina Patricio

Es paradójico: el sindicato único se encuentra fragmentado. Por un lado, tenemos al Comité Unitario de Lucha, dirigido por Zenón Pantoja, que representa a bases provinciales y regionales del SUTEP y que sus opositores han vinculado con el MOVADEF, el Comité Nacional de Reordenamiento y Reconstitución (CONARE-Sutep) y Sendero Luminoso Proseguir. Su presidente ha deslindado cualquier nexo con ellos y busca la vigencia de la Ley del Profesorado (LP).

Por otro lado, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del SUTEP se encuentra encabezado por Renee Ramírez, busca la derogatoria de la LP y exige el debate de su anteproyecto de ley. Su pliego de reclamos (llamado “plataforma prioritaria”) consta de nueve puntos, en los cuales se exigen mejores condiciones laborales y salariales para docentes activos, cesantes y jubilados.

“En realidad, el grueso de los maestros no pertenece a ninguna tendencia política. El gremio está influenciado por una diversidad de partidos; sin embargo, creo que al final debe ser un frente único, donde se pongan los intereses del conjunto de maestros por encima de las tendencias políticas”, afirma Alberto Patiño, docente del Departamento de Educación de la PUCP.

¿Es oportuna esta huelga?

El presidente del Consejo de Ministros, Juan Jiménez Mayor, señaló en una entrevista televisiva que esta huelga “no tiene sentido ni se justifica”. Y es que esta protesta ocurre tras de la presentación del proyecto de Ley de Reforma Magisterial (LRM), realizado por el Ejecutivo y próximo a ser discutido en el Congreso, que plantea una nueva estructura de la carrera pública magisterial; una nueva escala de remuneraciones; y evaluaciones para el ingreso a la carrera pública, los ascensos y la medición del desempeño laboral.

“El magisterio nacional ha sufrido marginaciones y tiene razones históricas que se han ido acumulando y que explican sus reclamos. Sin embargo, este no es el momento adecuado para hacerlos, sobre todo cuando existe la oportunidad de iniciar un verdadero proceso de dignificación profesional, social y económica”, afirma Carmen Coloma, docente del Departamento de Educación de la PUCP.

Carrera con obstáculos

La carrera magisterial ha pasado por una serie de modificaciones que, en vez de hacerla más sencilla, la han complicado. La Ley del Profesorado (LP – Ley N° 24029), promulgada en 1984, estableció cinco escalas de carrera pública y priorizó el criterio de antigüedad del docente para su ascenso. No obstante, esta ley se encuentra económicamente postergada, puesto que las diferencias entre niveles son mínimas y no incentivan al maestro.

En el año 2007 se promulgó la Ley de la Carrera Pública Magisterial (LCPM – Ley N° 29062), que predominó criterios meritocráticos, asignó un valor a la hora pedagógica, estableció la remuneración íntegra mensual (RIM) y fijó porcentajes de incremento de sueldo entre los cinco niveles magisteriales. Sin embargo, al tener carácter voluntario, solo el 10% de maestros se ha incorporado desde su aprobación.

Bajo los mismos principios, alcances y objetivos de la LCPM, el nuevo proyecto de ley reúne de manera automática a todos los profesores en un solo régimen, amplía la carrera docente a ocho niveles y añade la capacitación, la investigación y la innovación como funciones adicionales de los maestros.

La RIM oscilaría entre los S/. 1243 y los 5183 nuevos soles, según su escala salarial y las horas pedagógicas semanales que dicta, sin contar las asignaciones fijas mensuales (ubicación geográfica, tipo de institución educativa, cargo dentro del plantel) ni las bonificaciones ocasionales (luto, sepelio, CTS). Apenas entre en vigencia, el incremento en los sueldos será inmediato y oscilará entre S/. 200 y 400 nuevos soles, aproximadamente.

Los que más saben

La iniciativa legal simplifica la estructura de remuneraciones de todos los docentes y permite mayores oportunidades de ascenso e incremento salarial según la calidad de su desempeño profesional. Es en este contexto que la meritocracia juega un papel vital. “Se debe premiar al maestro que se capacita, perfecciona, y es un ejemplo de ética en el aula. El mismo aumento para todos no es justo ni equitativo”, resalta Coloma. Por su parte, Patiño afirma: “No puedes darles el mismo salario a aquel maestro que se esfuerza por capacitarse y a aquel profesor que vegeta y sobrevive en el magisterio. Tampoco va a ganar lo mismo un recién egresado que un maestro de trayectoria, con 20 años o más”.

Formación docente

Para el profesor Patiño, aquellos colegas que justifican su poca preparación debido a sus bajos sueldos no están empleando un argumento válido. “Un libro impreso puede ser caro, pero ir a una cabina de internet cuesta un sol la hora en provincias, y ahí tienes acceso a miles de bases de datos y revistas científicas e indexadas. La tecnología nos abre muchas posibilidades en la capacitación docente, el costo ya no es un impedimento”, fundamenta.

La temida evaluación

Para permanecer en la carrera y ascender, los profesores necesitan aprobar evaluaciones constantes, proceso que –a decir de Patiño- debería ser digitalizado: “Hay que romper los esquemas tradicionales de evaluación y ser audaces. Se podría programar una base de datos que tenga muchísimos ítems aleatorios y que permita que el profesor rinda su prueba a nivel nacional desde una cabina o computadora y que al término de la misma, pueda saber su puntaje”. Además, sugiere que el gremio magisterial forme parte del comité de fiscalización de la evaluación, para darle mayor transparencia al proceso.

Comunicación y diálogo

Debido a la complejidad del problema educativo, Coloma considera que “abordarlo desde una perspectiva económica no resuelve su situación. Lo mejor sería apoyar la promulgación de esta ley, brindar información clara de sus ventajas frente a las anteriores y considerar evaluaciones de docentes en corto plazo”. A su turno, Patiño hace hincapié en la concertación y el trato directo para llegar a una solución: “Deseo que todos los sectores involucrados (SUTEP, MEF, MINEDU, Congreso) concurran a una mesa de negociaciones no solo para resolver esta huelga coyuntural sino para sentar las bases de la dignificación profesional, social y económica del magisterio. Es una oportunidad histórica”.

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