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Noticia

La otra cara del Mundial Brasil 2014

Además de las protestas y movilizaciones de favelas, sindicatos y movimientos políticos, existen otros sucesos que darían cuenta de que los partidos y las celebraciones son más efímeros que sus repercusiones.

  • Texto:
    Emily Espinoza
  • Fotografía:
    Felix Ingaruca

Por ejemplo, la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) ha calculado que aproximadamente el 80% del dióxido de carbono (2.72 millones de toneladas) que se emitirá en Brasil durante las semanas de la Copa provendrá de los vuelos nacionales que transportarán a los equipos y aficionados de estadio a estadio. “El transporte aéreo es el medio que genera más emisiones de CO2, comenta el doctor Ian Vázquez, profesor del Departamento de Ingeniería e investigador de la Red Peruana Ciclo de Vida.

Asimismo, “hay que tomar en cuenta al transporte terrestre: hay varias noticias sobre infraestructuras no acabadas (los proyectos de construcción suponían la creación de una metrópolis moderna con nuevas vías) y esto podría crear una burbuja de buses y taxis clandestinos, los cuales no siempre forman parte de un parque automotor adecuado”, explica.

Un televisor nuevo para ver el mundial

Además del problema en torno al CO2, existe preocupación por la elevada producción y venta de televisores plasma y LCD.  Hasta junio, se calcula que las ventas llegarían a los 10 millones de televisores. “Esto, para empezar, es un uso enorme de recursos”, comenta Vázquez. Las ventas, junto con el hecho de que Brasil dejará de producir los televisores de rayos catódicos (o “de tubo”) este año, motivarían a las personas a eliminar sus televisores antiguos.

“No creo que Brasil sea un país reciclador por excelencia de desechos electrónicos. La mayoría de esos artefactos va a acabar en vertederos clandestinos, lo cual implica grandes impactos ambientales: toxicidad de agua, de suelo e, incluso, de aire”, declara Vázquez. Los metales pesados de los televisores antiguos, como el plomo y cadmio, no solo son tóxicos para los seres humanos, sino para el ecosistema en general.

Las compensaciones

La FIFA planea compensar al 100% la huella de carbono de las actividades mundialistas a través de la instalación de paneles solares en los techos de los estadios, el apoyo a proyectos de construcción de plantas de energías renovables (eólica e hidroeléctrica) y la inversión en programas de reforestación.

Según Vázquez, esto es difícil de conseguir: “No deja de ser una declaración de intenciones”, declara. “Los paneles solares de los estadios van a sustituir al tendido eléctrico, pero es poco probable que lo hagan al 100%. Además, está la emisión de CO2 del consumo de alimentos, bebidas y ropa, y del material mobiliario para el estadio y los futbolistas. Todo esto se ha producido fuera del estadio, o sea, sin el uso de los paneles. Finalmente, la producción de concreto para todas las infraestructuras también es una generación importante de CO2”, explica Vázquez.

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