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Noticia

La energía que nos mueve

Estamos a 13 semanas del inicio oficial de la COP 21, cuyo éxito depende de la suma voluntaria de esfuerzos de todos los países del mundo. ¿Sabes cómo trabaja el Perú? Más aun, ¿cómo podrías trabajar tú para lograr cambios efectivos? El reto es grande y nuestra capacidad para superarlo depende, en gran medida, de la energía que utilicemos.

«La reunión de París es el último plazo”, subrayó el secretario general de la ONU, Ban Kimoon, al pedir a los líderes mundiales que aceleren el ritmo de las negociaciones sobre el cambio climático, el pasado miércoles 26. Tan solo un día antes de hacer este llamado, sostuvo una conferencia telefónica con el presidente peruano, Ollanta Humala; la canciller alemana, Ángela Merkel; y el presidente de Francia, Francois Hollande. El protocolar comunicado que siguió a esta conversación contrasta con el agitado telón de fondo.

Por un lado, el Perú es uno de los Estados que, hasta la fecha, no presenta su plan para luchar contra el cambio climático. Oficialmente conocido como Contribución prevista y determinada a nivel nacional (INDC, por sus siglas en inglés), este documento debería ser ratificado en la XXI Conferencia de las Partes (COP 21), que se realizará en Francia, y señalar medidas específicas para adaptarnos al cambio climático y reducir la emisión de gases de efecto invernadero.

Por otro lado, las alertas a nivel internacional se dispararon el pasado 13 de agosto: ese día, la humanidad agotó el presupuesto de recursos naturales que el planeta puede reponer en un año. Quince años atrás esto no sucedió sino hasta inicios de octubre y la tendencia a empeorar se mantiene constante. Si existe alguna esperanza para revertir esta situación, está en los INDC. Apréndase bien estas siglas, porque las escuchará cada vez con mayor frecuencia.

Proyecto en borrador

“Todos sabemos que cada vez consumimos más recursos y, a la vez, contaminamos más”, nos dice la Dra. Ana Sabogal, docente del Departamento de Humanidades, y coordinadora del Grupo de Bosques y Reforestación del Instituto de Ciencias de la Naturaleza, Territorio y Energías Renovables (INTEPUCP). “Revertir esta tendencia es muy difícil, pero es a lo que debería apuntar el documento de INDC que trabaja el Ministerio del Ambiente (Minam)”, continúa.

Ella es una de las docentes de nuestra Universidad que, como especialista, aportó sugerencias al contenido del documento en un proceso participativo que el Minam llevó a cabo entre junio y julio de este año. Según los cálculos oficiales, en el 2015 emitiremos 189 millones de toneladas de CO2 y el borrador de compromisos estima que, de seguir esta tendencia, al 2030 emitiríamos 269 millones de toneladas de CO2. Para revertirlo, se plantean cuatro escenarios progresivos de mitigación. El primero, en que se implementan pocos proyectos de mitigación, reduce la cifra en solo 4%; mientras que en el cuarto, el más ambicioso, se alcanzaría una reducción del 42% con respecto a la línea base. Según el borrador discutido, el Minam propone comprometer al país a alcanzar el escenario 3, con la que se alcanzaría una reducción del 31%.

“El problema es que son escenarios sumamente puntuales que no visualizan el conjunto”, comenta Sabogal. “Respecto a las ciudades, se habla del reemplazo de luces fluorescentes o el uso de GNV en los vehículos, pero se debería trabajar mucho más, pues estas son una de las mayores fuentes de contaminación y albergan a casi el 80% de la población mundial”, agrega.

La COP 21 servirá para sumar los INDC de las 196 partes participantes con el fin de lograr un acuerdo, voluntario y a la vez vinculante, que evite que el planeta suba más de 2°C con respecto a la temperatura de la era preindustrial. Y aunque el Perú solo representa alrededor del 0.5% de las emisiones de CO2 a nivel mundial, todo aporte es importante.

“La meta es muy lejana porque, en los últimos años, no nos hemos enfocado en la disminución de la contaminación. Las leyes no son más estrictas y hay poco control en las ciudades”, dice Sabogal. “Respecto a lo positivo, hemos aumentado las áreas protegidas y nos estamos enfocando en la reforestación, pero, de nuevo, en el borrador de contribuciones solo se menciona la Amazonía al hablar de bosques. Para la sierra, casi no se trabaja mitigación. Se debería trabajar mucho más los temas de agricultura sostenible y la adaptación de la población ”, concluye. La acción del Estado parece quedar corta ante los abrumadores retos que tenemos por delante. ¿Qué más podemos hacer?

El motor joven

“Creemos que deberíamos apuntar a más”, responde Melissa Ingaruca, egresada de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la PUCP y coordinadora del componente de comunicación e incidencia del proyecto Generación +1, de Libélula. Junto a una treintena de jóvenes de Latinoamérica –16 de los cuales son peruanos–, ella participó en el seminario “Embajadores +1: Jóvenes en la gobernanza del cambio climático”, realizado en la PUCP entre el 24 y 29 de agosto, y organizado por Clima de Cambios, Libélula, la Fundación Konrad Adenauer y el Programa Regional de Seguridad Energética y Cambio Climático en América Latina (EKLA).

Ingaruca se vinculó a la lucha contra el cambio climático cuando era todavía estudiante de la PUCP. “Junto con amigos de otras carreras, formamos en el 2012 la organización Munay (“voluntad”, en quechua), que ayuda a que los jóvenes seamos agentes de cambio que contribuyan a la construcción de un mundo sostenible”, señala. “Los hábitos saludables que toma cada uno en su casa son importantes, pero necesitamos incidir a nivel de gobernanza y proponer ambiciones mayores”, enfatiza.

Así, distingue dos espacios de trabajo para los jóvenes: los procesos formales participativos del gobierno central rumbo a la COP 21, tanto en la ambición al diseñar políticas como en la vigilancia de su correcta implementación; y los no formales, que involucran a gobiernos locales, universidades u organizaciones juveniles. “Estos últimos me parecen los
más motivadores. Podemos pensar en cómo hacer para que el lugar en el que uno trabaja o estudia pueda medir sus emisiones, ser más eficientes e innovar para utilizar más energías renovables”, explica.

A la par, el proyecto Generación +1 trabaja en construir indicadores para la participación juvenil en la gobernanza del cambio climático en América Latina. “Los datos que recopilemos medirán el ambiente habilitador, los mecanismos de participación que tenemos los jóvenes y su calidad. La idea es que participemos desde el momento en que se diseña e implementa una política. También veremos la percepción que tienen los mismos jóvenes de su propia participación y la narrativa de su discurso: qué tan generales o específicas son sus propuestas, o si estas se quedan en la agenda local o toman en cuenta la agenda global”, detalla Ingaruca. “Lo importante es que nos informemos y estemos atentos a los mecanismos oficiales de participación, pero no nos quedemos en mirar al gobierno como la única respuesta. Veamos qué otros actores hay en el medio y qué podemos hacer desde nuestra posición”, añade.

Ese es el camino que eligió hace algunos años el Dr. Amaru Palomino Töfflinger, quien, gracias a una beca de repatriación del FINCyT, vino de Alemania para desarrollar investigaciones en la Sección Física de la PUCP sobre las propiedades de nuevos materiales que se pueden incluir en la fabricación de celdas solares.

Energías renovables

“Si no hacemos nada, el cambio climático va a traer grandes cambios en los próximos 5 a 20 años”, comenta Palomino. “La mayor parte de energía que consumimos actualmente proviene del carbón, petróleo o gas natural, que, además de ser fuentes limitadas, calientan la tierra. La mejor idea para evitarlo es utilizar energías renovables”, añade.

Palomino Töfflinger estudió un doctorado en Física en el Helmholtz-Zentrum Berlin (Alemania), donde continuó las investigaciones sobre celdas solares que empezó durante sus estudios de maestría. “Un científico lleva mucha responsabilidad en el trabajo que hace y este tema es de mucha relevancia para el futuro. ‘¿Cómo puedo hacer algo para ayudar a mi comunidad con mis conocimientos?’, me pregunté. Y esto me motivó mucho”, indica.

Según explica el especialista, a lo largo del año, el Perú recibe casi el doble de energía solar que Alemania, incluso en ciudades nubladas como Lima. “Aun así, Alemania invierte mucho en investigación e instalación de paneles solares y alrededor del 10% de su consumo eléctrico proviene de la energía solar. Aquí, las zonas de mayor irradiación se encuentran en Arequipa, Cuzco y Puno, sin embargo, cualquier zona del país podría abastecerse con ella”, detalla.

Según su experiencia, una familia típica consume por año 1, 800 kilowatts, por lo que necesitaría un sistema de 9m2 de los paneles solares más baratos, con una inversión aproximada de US$ 2,000. Según explica, a ese precio, en Alemania se recupera la inversión hecha a partir de los tres años. “Incluso el gobierno alemán apoyó la instalación de paneles solares a través de una tarifa llamada feed-in tariff, con la que pagaba al ciudadano por meter energía solar al sistema más de lo que cobraba por venderla. En Perú, la tarifa eléctrica es muy baja y el retorno podría demorar más, pero tengamos en cuenta que hace nueve años esos paneles costaban cuatro veces más. Las investigaciones de hoy se enfocan en subir la eficiencia de paneles solares al mismo precio, o quedarse con la misma eficiencia y bajar el precio”, señala.

Los avances que realiza en la PUCP, junto a un grupo de estudiantes de maestría –en colaboración con el Helmholtz- Zentrum Berlin (HZB) y el Fraunhofer Institute for Solar Energy Systems–, apuntan a eso. “Me gustaría mucho quedarme y, eventualmente, pasar de investigar propiedades fundamentales a realizar proyectos aplicados”, indica con optimismo. Que así sea.

Laudato Si’

La nueva encíclica Laudato Si’, del papa Francisco, trata sobre nuestra casa común, la Tierra, sobre los peligros del cambio climático, los problemas de los estilos de desarrollo, el mal uso de la naturaleza, y su amenaza sobre la humanidad y los más pobres. Se trata de un profundo análisis desde las ciencias y la teología, en un fructífero diálogo entre fe y razón, con el propósito de promover una sincera reflexión sobre la “raíz humana de la crisis ecológica”, y la necesidad de cambiar nuestros comportamientos individualistas y egoístas, para hacer de nuestra Tierra un lugar habitable, sostenible y más equitativo.

Este martes 1 de septiembre, a las 6 p.m., nuestro rector, el Dr. Marcial Rubio, inaugurará el coloquio “La carta encíclica Laudato Si’ del papa Francisco”, organizado por el Vicerrectorado Académico, el Departamento de Teología, y el Instituto de Ciencias de la Naturaleza, Territorio y Energías Renovables. El programa incluye la participación del ministro del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal; así como la del vicerrector académico, el Dr. Efraín Gonzales de Olarte; y docentes de diversas disciplinas de nuestra Universidad. El objetivo es analizar, desde distintas perspectivas, el llamado a la acción ante el cambio climático, hecho por el Sumo Pontífice, para encontrar un diagnóstico compartido y una plataforma de acción.

El coloquio se desarrollará el 1 y 2 de septiembre, de 6 a 9 p.m., en el Auditorio de Derecho. El ingreso es libre, previa inscripción.

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