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Noticia

Armas de fuego para combatir la inseguridad ciudadana: ¿solución o problema?

Este año la Sucamec entregó 11600 licencias para portar armas como defensa personal. El investigador principal del Laboratorio de Criminología Social y estudios sobre la Violencia de la PUCP, Rafael Castillo, considera preocupante y riesgoso que un gran número de ciudadanos decida tener un arma para defenderse de la delincuencia.

La inseguridad ciudadana ha provocado que muchas personas en el país opten por portar armas de fuego para protegerse. Para el investigador Rafael Castillo muchas veces el ciudadano común y corriente no tiene una adecuada capacidad de reacción para repeler un ataque criminal, por lo que más que una defensa, usar un arma podría poner en peligro su propia vida.

“Desde mi punto de vista es preocupante, porque la violencia que genera la delincuencia no debería ser combatida por la ciudadanía con más violencia. Las armas de fuego no son la solución. Si un ciudadano trata de repeler un ataque con un arma, se generan una serie de probabilidades que favorecen al delincuente. Una es que tras el acto delictivo le roben el arma y esta quede en manos de los malhechores. Otra probabilidad más grave es que mate a su atacante, lo que acarrea problemas para el ciudadano. También puede ocurrir que salga herido un tercero”, afirma Castillo.

Actualmente, la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec), realiza una mayor regulación y control en el trámite de licencias para portar armas, pues el solicitante además de presentar la boleta de venta de la pistola o revólver, antecedentes policiales y judiciales, y un certificado de salud mental, ahora debe adjuntar una solicitud sustentada donde debe explicar el motivo por el cual requiere portarla, documento que es evaluado por dicha entidad. Además, ahora las licencias deben renovarse cada año, y no cada cinco, como ocurría antes.

“El problema es el libre porte. Van personas armadas a discotecas, bares, fiestas y esto puede provocar que haya una balacera al interior de esos locales. En Argentina y Chile, el porte es restringido. En Chile menos de 100 personas están autorizadas a portar armas. En Argentina la cosa es similar, solo unas 600. Mientras que en Colombia, el Estado de ese país da el arma de fuego en concesión. Ninguna es propiedad privada, todas son del Estado”, explica.

Para Castillo la solución está en tener una adecuada política de control de armas de fuego que, en su opinión, debería debatirse. “Un arma de fuego es una herramienta para repeler ataques, no sirve para nada más, causa daño y es letal. Por ello se debe debatir el uso de armas de defensa personal, el libre porte, y la necesidad de control y regulación para evitar la proliferación de armas dentro de una sociedad con niveles de criminalidad que no son tan altos a nivel regional. Más que un derecho, portar armas de fuego es una responsabilidad muy grande”, subraya.

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