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Noticia

¿Cómo evitar los daños durante una construcción?

Mg. Wilson Silva

Con las construcciones, llegan siempre los daños a las edificaciones aledañas. El Mg. Wilson Silva, docente del Departamento de Ingeniería, nos detalla las consideraciones para proteger nuestro espacio durante una construcción.

  • Texto:
    Solange Avila
  • Fotografía:
    Felix Ingaruca
  • Fotografía:
    Solange Avila

Tan pronto se inauguró el túnel Santa Rosa llegaron las quejas de los vecinos por serios daños en sus viviendas. Pero no es la primera vez que esto ocurre. Entonces, qué debemos hacer para que nuestras viviendas no sean afectadas.

“Definitivamente se van a presentar daños. En realidad, se trata de minimizarlos”, aclara inmediatamente el Ing. Silva y agrega: “lamentablemente, cualquier movimiento pequeño va a generar un reacomodo de suelo. Lo que conlleva a que las bases de una edificación bajen y aparezcan grietas”. Teniendo en cuenta este punto clave, el docente nos explica los siguientes criterios que debemos considerar para proteger nuestras viviendas durante una construcción.

Investigación previa

El constructor de la nueva edificación debe asumir los costos de reparación. Por ello, primero se debe hacer un registro fotográfico de las construcciones para que las futuras reclamaciones no correspondan a daños preexistentes. Por ejemplo, si se ve acero corroído entre las grietas, esto corresponde a fallas antiguas.

En los túneles, se debe estudiar el suelo para determinar qué tipo de encofrado o bóveda debe colocarse para evitar derrumbes. Además se debe averiguar qué tipo de rocas hay y se debe determinar cómo triturarlas. “Es importante investigar pues las rupturas de rocas producen vibraciones que se propagan con ondas que afectarían a otras edificaciones”, ilustra Silva.

Profundidad de excavación

Normalmente una edificación requiere hacer una excavación profunda y el solo hecho de quitar continuidad al suelo produce vibraciones que reacomodan el suelo. También debemos tener en cuenta que cuanto más profunda sea una excavación, hay más riesgo de desplome. Por eso deben tomarse precauciones. Además, como las explosiones generan más vibraciones, estas deben evitarse o deberían ser controladas.

Tipo de suelo

El tipo de terreno condiciona los daños que puede haber en el vecindario. Cualquier propagación de onda, como una excavación o el efecto sísmico, se expande de diferente manera según los estratos de suelo.

Por un lado, el suelo firme tiene un conglomerado consistente y tiene menos intersticios (vacíos) en su estructura interna. Por tanto, la excavación no afectará al vecino e incluso se podría hacer una excavación vertical (taludes verticales). Por otro lado, el suelo suelto tiene bastante arena. Si se hace una excavación, el ángulo de reposo del suelo sería inclinado. Además, se debe recordar que estos suelos amplifican la propagación de ondas hasta en 50%.

Controlar los asentamientos y derrumbes

Para evitar el reacomodo de suelos, se han desarrollado técnicas para controlar y disminuir los asentamientos de suelo. Antes se hacían calzaduras. Es decir, se excavaba y se construían muros debajo de la propiedad vecina, lo que generaba muchos riesgos. Cuanto más bajo se excavaba, más grandes debían ser los muros.  Actualmente, si las excavaciones son de más de cinco metros, se hacen pantallas ancladas en todo el contorno del terreno. Entonces, las edificaciones vecinas estarán contenidas por estas nuevas estructuras de concreto armado. Conforme se excava, va bajando la profundidad de la pantalla.

Si una construcción ha dejado vibraciones continuas, producirá fatiga. Lo cual hace que las estructuras fallen a la mitad de capacidad que tiene en condiciones óptimas. “Hay técnicas de aislamiento de vibraciones, pero son bastante elaboradas y costosas, dudo que se utilicen en Perú. El objetivo es alejar el periodo de vibración de la estructura con los de los sismos o vientos, porque si coinciden, se amplifica la respuesta y podría producir resonancia”, detalla el profesor.

Para entender la gravedad de este fenómeno, Silva recuerda el caso del puente colgante de Tacoma Narrows en Estados Unidos, el cual no tenía mucha estabilidad lateral. Cuando el viento coincidió con la frecuencia de vibración del puente, este se cayó.

¿Cómo reparar los daños?

Normalmente son fisuras que pueden corregirse, algunas requieren insertar más barras de acero o reemplazar las que están dañadas. Sin embargo, el daño va a persistir, no se puede reconstruir al 100%. “Otro problema es la calidad de la ejecución del proyecto y de la intervención; siendo optimistas, no logrará que se recupere ni al 30%”, concluye Silva.

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