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Thomas Piketty: el dilema de Rastignac en el siglo XXI

  • Stephan Gruber
    Egresado de Economía

Aunque uno de los límites del libro es que está centrado en los países desarrollados y unos pocos cuantos emergentes, desde el Perú este tema no nos es para nada ajeno

El libro Capital in the 21st Century del economista francés Thomas Piketty está siendo un fenómeno académico, editorial y mediático. No solo es un bestseller, cosa ya extraña para un libro de académico de 700 páginas, sino que ha activado un campo de discusión en donde las preguntas más polémicas sobre el futuro del capitalismo, la democracia o la economía como ciencia están siendo planteadas y discutidas.

La principal de estas preguntas se interroga por si el capitalismo genera inexorablemente desigualdad económica. Partiendo de un trabajo de años en elaborar series históricas de largo plazo (de entre dos y tres siglos) sobre la concentración de la riqueza en distintos países, Piketty la responde señalando que la desigualdad ha aumentado sostenidamente los últimos 40 años. No solo eso, sino que el período en que esta desigualdad disminuyó (1930-1970) y que servía a los economistas para tener fe en que el desarrollo económico pasaría de un primer momento desigual a otro más igualitario, es más bien un hecho totalmente fortuito ocasionado por las guerras mundiales, la gran depresión, la política de altos impuestos, entre otros factores. De esto concluye  que es la propia lógica del capital la que genera de manera constante desigualdades cada vez más pronunciadas.

Ahora bien, esto en realidad no cuajaría como un reclamo económico-político de largo alcance si no se explica por qué una desigualdad de ese tipo sería negativa. Piketty reconoce que hay una desigualdad positiva, natural y que sirve al desarrollo y otra que no. La que en realidad preocupa al autor es la concentración de riqueza generada por herencias, es decir, conseguida solo por la fortuna de haber nacido hijo de alguien con un patrimonio. El problema de vivir en una sociedad donde las ventajas de la herencia sean tan abultadas (como lo fue la belle époque francesa y como sería nuestra época venidera si hacemos caso a sus predicciones) se puede graficar en lo que Piketty llama el dilema de Rastignac. Este personaje de Honore Balzac es un joven estudiante que decide casarse con una rica heredera antes que conseguir fortuna basado en sus habilidades, es decir, considera que las energías físicas e intelectuales se ven mejor invertidas en conseguir un buen matrimonio que en producir nuevas riquezas. Piketty observa que cuando esto sucede la estructura de incentivos que hace del capitalismo un sistema eficiente se distorsiona alejándolo del óptimo económico.

Aunque uno de los límites del libro es que está centrado en los países desarrollados y unos pocos cuantos emergentes, desde el Perú este tema no nos es para nada ajeno. La discusión sobre la inclusión social que zanjó la elección presidencial pasada se debe precisamente a las dificultades que tiene el sistema para cumplir esa promesa que se hizo hace 20 años con las reformas estructurales. Piketty nos diría que si queremos  honrar esa palabra empeñada no hay que imitar lo que han hecho las últimas décadas los países ricos.

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