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Impuesto Predial: el síndrome del sube y baja

  • Francisco Ruiz de Castilla
    Docente del Departamento Académico de Derecho

Según nuestra legislación el impuesto que recae sobre las casas, oficinas, terrenos, etc. nació el 1 de enero del 2013. Desde entonces se piensa en la necesidad de que –para los próximos años- el Estado disponga un importante aumento de la cuota anual del Impuesto Predial que debería pagar cada contribuyente, pues este cada vez tributa menos en términos reales. Uno de los temas eje sobre esta discusión gira en torno al “sube y baja” de la base de cálculo para efectos de la determinación y pago del Impuesto Predial que –dicho sea de paso- constituye un punto pendiente muy importante y delicado en la agenda de gobierno del presidente Humala.

Al profundizar sobre este tema, de entrada, advertimos un primer problema. En las últimas décadas se viene generando un gran desfase entre el valor de mercado del predio y el llamado autoavalúo (que viene a ser el valor que tiene dicho predio para el cálculo del Impuesto Predial). Hasta antes del “boom inmobiliario” que actualmente vive el país, las estimaciones económicas señalaban que si un predio tenía un valor de mercado de 100, resulta que el autoavalúo era 60, de tal modo que la cuota de Impuesto Predial que vienen pagando los contribuyentes es mucho menor de la que –en rigor- correspondería, perjudicando las finanzas de las municipalidades.

¿Por qué se generó esta brecha?

Por una parte, es cierto que cada año existen más personas y, proporcionalmente, hay menos predios disponibles; entonces es explicable el incremento del valor de mercado del predio. De otro lado, nuestra economía pasó por prolongados períodos de “vacas flacas”, experimentando una recesión (caída de la producción), de tal modo que decrecieron los ingresos de las empresas y los salarios de las personas, además que aumentó el desempleo y subempleo, sobre todo durante la época de hiperinflación que nos azotó en la década del ochenta e inicios de la década del noventa del siglo XX. Por tanto, los contribuyentes tenían menos capacidad económica para pagar tributos. Ante esta encrucijada los gobiernos de turno afinaron una fórmula intermedia, disponiendo un incremento anual, pero mínimo, del autoavalúo.

El segundo problema, más reciente, tiene que ver con el “boom inmobiliario”. Si en el 2010 el valor de mercado de un predio es 100, resulta que en el 2013 dicho valor es 200. Es decir que en breve plazo, prácticamente se vienen duplicando los valores reales de los inmuebles. Sin embargo, tal como ya vimos el autoavalúo se incrementa cada año, en proporción mucho menor.

Importantes voceros oficiales del gobierno de Humala han declarado que próximamente vendrán modificaciones para el sistema tributario municipal y es probablemente que existan novedades en torno al aumento de la cuota anual del impuesto predial que debería considerar un sistema gradual de incremento del autoavalúo, por encima de la inflación anual, hasta que –en algún momento- se aproxime lo más posible al valor de mercado.

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