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"No existe una sociedad donde las desigualdades de género hayan sido totalmente eliminadas"

Cuando la inequidad de género aparece en el debate público, solemos pensar en el rol que el Estado asume frente a este problema y en las políticas públicas que desarrolla para combatirlo. Pero muy pocas veces hacemos hincapié en que al interior de instituciones académicas también se presentan casos de discriminación, desigualdad, acoso y violencia sexual que merecen atención. La semana pasada nos visitó la Dra. Ana Buquet, especialista en género, sexualidad y educación, quien vino a realizar actividades académicas en coordinación con la Maestría y el Doctorado en Sociología de la PUCP.

  • Ana Buquet
    Directora del Programa Universitario de Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
  • Texto:
    Luis Yáñez
  • Fotografía:
    Roberto Rojas

¿Existe la desigualdad de género dentro de las universidades?

Claro que sí, al igual que en cualquier espacio social.  El género es una forma de organización que divide a la sociedad sexualmente y a cada sexo se le atribuye arbitrariamente espacios, conocimientos, disciplinas, roles, etc. a través de sistemas sociales y culturales muy complejos. Al interior de las universidades, hay varias tendencias de desigualdad muy claras.

¿Cómo cuáles?

Una de ellas es la segregación disciplinaria. Las mujeres se congregan mucho más en ciertas áreas disciplinarias y los hombres en otras. Esto genera comentarios, chistes o gestos que de manera aislada parecen inocentes y sin importancia, pero si ocurren todos los días, de manera sistemática, producen una carga negativa en la persona que los recibe. El otro día, una profesora de la UNAM, doctora en Física, me contaba que conversaba con una colega y de pronto, pasa un tercer colega varón y les dice: “¡Qué chistoso oír a dos mujeres hablar de Física!”. Este tipo de comentarios va creando un imaginario que cuestiona que haya una mujer física o ingeniera, como que “no le corresponde”.

¿Qué otra tendencia se encuentra?

Otra tendencia es que las mujeres están menos representadas en los puestos más importantes de las universidades, no solamente en los espacios directivos o los cuerpos colegiados, sino en la propia carrera académica. En México es un fenómeno constante que a medida que el reconocimiento y el salario aumentan, la presencia de mujeres disminuye.

Cuando se discrimina a un sector de la población, la humanidad pierde talentos. Y cuando una universidad que prepara a hombres y mujeres de la misma manera, no deja que ellas desarrollen su talento ni que lleguen a puestos de toma de decisiones, está perdiendo recursos económicos invertidos en su formación.

¿Cuán comunes son los casos de violencia de género en las universidades?

En todas las universidades del mundo, incluso en aquellas de alto nivel que se ubican en los primeros lugares de los rankings, las alumnas, trabajadoras administrativas y profesoras viven situaciones de acoso y hostigamiento sexual. Es un problema muy complejo porque las mujeres que padecen estas situaciones se encuentran con un vacío institucional: nadie sabe qué hay que hacer y se pasan la “papa caliente” de mano en mano. Esto daña a las víctimas pero también a las universidades porque se pierden alumnas y trabajadoras brillantes que prefieren desertar porque el ambiente es hostil. Se debe afinar un protocolo de atención para estos temas y realizar fuertes campañas de difusión contra el acoso y el hostigamiento sexual.

¿De qué manera la vida familiar afecta el desempeño académico o profesional de las mujeres de una comunidad universitaria?

Ellas tienen que asumir responsabilidades familiares y domésticas que históricamente se les han asignado a las mujeres, que no son pagadas ni reconocidas, y que cuestionamos desde la perspectiva de género. Pensamos que hay que transformar radicalmente esta construcción cultural y que los hogares serían mucho mejores si hubiera una visión de corresponsabilidad en la que el padre, la madre y los demás integrantes de la familia cooperan por igual y asumieran ese espacio como propio.

¿Qué encierra el concepto de transversalización del enfoque de género?

Transversalizar significa que la perspectiva de género esté contenida en todos los procesos del espacio a intervenir. En el caso de las universidades, implica prever qué repercusiones diferenciadas tendrán el desarrollo de las actividades universitarias y las políticas a implementar para los hombres y las mujeres de nuestra comunidad.

¿Cómo se manifiesta esto?

Por ejemplo, en procesos de incorporación de personal académico, hay que pensar en mecanismos que permitan que hombres y mujeres tengan las mismas condiciones para entrar a la plana docente. O en materia presupuestal, se cuestiona cómo todo el dinero invertido en la universidad repercute de manera diferenciada en los hombres y mujeres que conforman nuestra comunidad universitaria. O a nivel estudiantil, tiene que ver con que la perspectiva de género atraviese los contenidos de los planes de estudio y con que no haya un trato diferenciado entre profesoras, profesores, alumnas y alumnos.

¿La brecha de desigualdad es más grande en sociedades machistas o es que en sociedades donde aparentemente hay un trato igualitario esta se mantiene de manera subrepticia?

No creo que exista una sociedad en el mundo en el que se hayan eliminado totalmente las desigualdades de género. Hay países donde la desigualdad es mucho más evidente y sigue siendo regulatoria. Pero incluso en aquellos países donde a nivel legislativo y laboral estas prácticas se han erradicado, las desigualdades toman caminos y formas más sutiles, más difíciles de ver. Están profundamente arraigadas en nuestras culturas y en nuestras subjetividades.

¿Considera que la discriminación positiva es una medida saludable?

Yo creo que sí, aunque no todo el mundo está de acuerdo. Las acciones afirmativas fuerzan la entrada de mujeres a espacios que se han considerado tradicionalmente masculinos y a nivel cultural, esta transformación produce efectos a nivel individual y en el imaginario colectivo. Si hubiera cuotas en el ingreso de personal académico, sería muy interesante que se busquen científicas de muy alto nivel para espacios profundamente masculinos, como la ingeniería, la física o las matemáticas.

El Perfil

Nombre: Ana Buquet

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