“En casi todos los casos, cuando se intenta incorporar la sostenibilidad a las diferentes construcciones se hace a través de tecnología, cuando el problema debería resolverse con las herramientas del arquitecto, en el diseño”, afirma el Dr. Javier García-Germán, especialista en energía y sostenibilidad y ponente en el seminario ‘Protocolos de Diseño Termodinámico’, organizado por el Departamento Académico de Arquitectura la semana pasada.

La arquitectura de nuestros ancestros siempre siguió este criterio. “Cuando miras las construcciones de cualquiera de las civilizaciones antiguas, estas son inteligentes, pues se relacionan con su entorno de un modo positivo para los usuarios. Sin embargo con el paso de los años y con la modernidad, todo fue cambiando”, asegura el profesor asociado de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM).

Acorde con el entorno

“Uno de los retos es hacer que los edificios sean sostenibles y viables para cualquier país y para cualquier situación económica. De lo que se trata es de buscar tecnologías que sean sencillas de implementar y que no sean muy costosas. Se deben construir edificios que sean duraderos, resilientes y capaces de crear un ambiente agradable sin que ello suponga un costo excesivo”, señala el arquitecto español.
García-Germán comenta que muchos arquitectos prefieren el camino fácil al momento de construir y para suplir un diseño sostenible, utilizan máquinas y energías para aclimatar a las personas. Es allí donde entra el concepto de termodinámica.

“Un diseño termodinámico tiene en cuenta los intercambios de energía que existen entre las construcciones y los usuarios de los edificios. Si existe un mínimo conocimiento de cómo se producen esos intercambios de energía y temperatura, se puede conseguir que los edificios calienten y enfríen a las personas sin necesidad de tener aire acondicionado ni calefacción”, dice.

Húmeda Lima

Entre todas las construcciones de nuestra capital, García-Germán rescata algunos ejemplos de arquitectura sostenible. “En las zonas deprimidas, hay ejemplos de arquitectura inteligente y sostenible desde un punto de vista económico. Las casas están hechas con muy pocos recursos y dan cobijo a familias enteras. Desde un punto de vista medioambiental, hay situaciones muy buenas también. Gracias al clima, edificios con muy pocos medios puedan conseguir tener unos interiores agradables, con sombra y buena ventilación”, remarca.
Por otro lado, importar diseños de construcciones de otros países, sin adaptarlas a nuestro medio, son consideradas por García-Germán como un despropósito. Un claro ejemplo son los edificios de oficinas, hechos de vidrio.

“En las latitudes altas (del norte y del sur), el edificio de cristal funciona bien, pues tiene la capacidad de captar el calor del sol y calentarse durante el día, lo cual es agradable. Pero en las latitudes bajas, esto no funciona. Lo haces de cristal porque quieres que sea como los edificios de Nueva York, pero tienes que poner una máquina de aire acondicionado para corregir ese error de diseño”, precisa.
En palabras de García-Germán, una construcción adecuada para Lima es aquella que considera dos factores importantes: Proteger el interior del sol y potenciar la ventilación cruzada. “La ventilación es un criterio muy importante aquí, debido al clima bastante húmedo”, concluye.