Ir al contenido principal Ir al menú principal Ir al pie de página

Para entender la coyuntura en Venezuela

Margarita López, licenciada en Historia y doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Central de Venezuela, visitó la PUCP, hace algunas semanas, para explicar la situación actual de Venezuela. Nos comentó las razones por las que ella cree que Maduro sigue teniendo cierto grado de aceptación.

  • Margarita López
    Expresidenta de la Sección de Estudios Venezolanistas de la Latin American Studies Association
  • Texto:
    Susan Pastor
  • Fotografía:
    Alex Fernandez

“Maduro es un hombre autoritario, le gusta serlo y lo es sin pudor”, afirma Margarita López, expresidenta de la Sección de Estudios Venezolanistas del Latin American Studies Association. Para López, el apoyo al régimen chavista y su nuevo líder no radica mucho en la figura de Nicolás Maduro. “En Venezuela hay una cultura del hombre fuerte, una cultura política vieja, del caudillismo, del valiente, del audaz. Maduro juega con la imagen de hombre cruel. Es la reencarnación de un tirano. Él no se sustenta sobre el carisma, como lo hacía Chávez, sino sobre la coerción, el amedrentamiento”, acota.

Según la especialista, Hugo Chávez tenía otro tipo de liderazgo. Representaba al hombre fuerte y valiente, pero también carismático. Le importaba llegar a la gente de una forma más amigable de la que llega Maduro. “Lo principal para Chávez era la devoción, la lealtad, la obediencia. No se preocupaba por lo económico”, indica. Para ella, la crisis que está atravesando hoy Venezuela fue creada por Chávez y es, hoy en día, exacerbada por Maduro. Eso sí, si siguiera en el poder, Chávez tendría más legitimidad.

Que el 20% de la población venezolana respalde el régimen de Maduro se explica, en primer lugar, en que la devoción a Chávez aún perdura. “No en la totalidad del 20%, pero sí en un 10% o 12%. Esto ocurre entre aquellos que están agradecidos porque lograron subsidios para la educación de sus hijos, porque les dieron viviendas, etc. Este agradecimiento se expresa en la convicción de que el socialismo del siglo XXI o el chavismo es una ideología respetable”, explica López. Además, la doctora en Ciencias Sociales afirma que, en todos los países y sociedades, existen personas que tienen pensamientos irracionales, que no se informan, y se quedan con la poca y mala información que les pueda llegar.

Control social

Para Margarita López, la segunda razón por la que Maduro aún tiene el respaldo venezolano es la manipulación que ejerce sobre la población. Hay varios mecanismos que el líder chavista utiliza para lograr este control, pero Margarita nos comenta dos que ella considera esenciales y “extremadamente poderosos”. El primero es el aparato mediático.

La libertad de expresión en Venezuela existe solo en la teoría. Doce de los quince canales de señal abierta están controlados por el gobierno. A través de una política llamada “hegemonía comunicacional”, Maduro presionó a los dueños de estos medios para que vendieran sus canales a empresarios afines a su régimen. De esta forma, el gobierno no los controla directamente, sino que ellos se autocensuran. “Por esta razón, en Venezuela tenemos, por un lado, los medios públicos del Estado y del partido chavista; y, por otro, los medios privados alineados a la línea editorial del gobierno”, acota López. Lo mismo sucede con las radios, donde la mayoría está controlada por el gobierno. Es en las redes sociales donde está el pluralismo, porque aún no ha podido llegar a ellas. “Pero ese es su plan”, apunta López.

“En este contexto tienes a la gente que repiten, día y noche, que esta es una guerra económica, que el imperialismo es quien no los deja comer, que Chávez fue un semidios. Gente que tiene un medio de adoctrinamiento muy severo en un sistema comunicacional que está muy controlado por el gobierno”, resume.

Además, existe un segundo mecanismo importante para Margarita: controlar la distribución de alimentos baratos a cambio de lealtad política, a través del “carné de la patria” y la caja club. “A Maduro se le ocurrió que los venezolanos no podíamos hacer mucho con la cédula de identidad, así que ahora se usa el ‘carné de la patria’ (un instrumento del partido socialista chavista)”, explica Margarita. De esta forma, los venezolanos deben registrarse si quieren recibir una caja de alimentos a precios subsidiados, si aspiran a dar educación a sus hijos o si quieren recibir bonos que el Estado reparte.

En el caso de las elecciones, López afirma que el régimen de Maduro tiene una estrategia “muy fraudulenta”, pues coloca partidarios fuera de los locales de votación vestidos con el uniforme rojo, característico del chavismo, para coaccionar a los electores. “Todo venezolano que tenga el ‘carné de la patria’ debe pasar por ese módulo para que se lo marquen y, al volver de votar, se les da su ‘caja club’. Esto, básicamente, es un trueque entre tu lealtad política y la ‘caja club’”, manifiesta Margarita. La caja club contiene alimentos básicos, como 2 kilogramos de arroz, harina, azúcar, mayonesa, pastas y pollo. En la actualidad, el “carné de la patria” también sirve para poder tener acceso a las medicinas y para ingresar a un hospital.

Todos estos mecanismos –y otros más– hacen que el régimen de Maduro goce de 20% a 25% de aprobación, indica López.

Seguridad

En Venezuela, además, existe un factor más que hace de la crisis un mal insoportable: la inseguridad. “En Venezuela, nos hemos autoimpuesto una especie de toque de queda. No podemos salir en las noches porque no hay nadie que garantice nuestros derechos humanos, pues no hay un Estado de Derecho”, concluye Margarita.

¿Para qué nos visitó?

Evento: Conversatorio: «Lecciones y debates sobre la crisis en Venezuela»

Deja un comentario

Cancelar
Sobre los comentarios
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los comentarios pasan por un proceso de moderación que toma hasta 48 horas en días útiles. Son bienvenidos todos los comentarios siempre y cuando mantengan el respeto hacia los demás. No serán aprobados los comentarios difamatorios, con insultos o palabras altisonantes, con enlaces publicitarios o a páginas que no aporten al tema, así como los comentarios que hablen de otros temas.