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“La escuela necesita profesionales con actitud positiva hacia la diferencia”

La escuela es un espacio en el que convergen niños y niñas con diferentes características y circunstancias. Es un espacio de diversidad que debería estar regido por el derecho de acceso universal a la educación. Sin embargo, para los profesores aún es un reto atender todas las diferencias en el aula. Inmaculada Gómez, Doctora en Psicopedagogía y profesora del Departamento de Didáctica de las Ciencias y Filosofía de la Universidad de Huelva – España, realizó una estancia de investigación en la PUCP a propósito del enfoque del liderazgo inclusivo en las escuelas. A continuación, información clave sobre cómo se aplica este concepto empresarial en el ámbito educativo.

  • Inmaculada Gómez
    Profesora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Huelva – España
  • Texto:
    Sharún Gonzales
  • Fotografía:
    Alex Fernandez

¿Cómo define el liderazgo inclusivo?

El liderazgo inclusivo es una manera de dirigir una institución educativa, desde una perspectiva colaborativa, participativa, donde todos tengan un lugar y participen del liderazgo. En este tipo de institución el director tiene consciencia de la importancia de que la educación llegue a todo el alumnado. Se basa en los principios de la inclusión escolar que no es otro que el derecho a la educación de todos los niños y las niñas.

¿Es un concepto que se enmarca en la gestión educativa?

Es una filosofía de cómo gestionar una institución educativa. El liderazgo inclusivo parte también de un liderazgo no solo educativo. Toda la literatura existente ahora mismo sobre liderazgo inclusivo parte de otras instituciones, no solo de las educativas porque el término liderazgo parte del terreno empresarial, no del educativo.

Desde esa perspectiva, se entiende que las y los alumnos deben ser comprendidos con sus diferencias y sus diversos contextos.

Creo que todo ser humano es diferente, sean cuales sean sus características, sea por el contexto, por la situación personal, por la capacidad, la etnia, la cultura. El liderazgo inclusivo hace referencia a atender a todas las diferencias pero no solo a esas que siempre la literatura y la sociedad refieren. Es decir, no solo diferencias culturales, o de discapacidad, sino también las diferencias que nos hacen ser únicos a cada uno de nosotros.

¿Cómo pueden atenderse esas diferencias en la escuela?

La filosofía principal es la educación inclusiva que es una filosofía de vida, en la que el maestro cree realmente que el niño tiene derecho a la educación. No existen recetas porque cada contexto es tan distinto. Una escuela inclusiva tiene personas y los maestros son personas que quieren atender a otras personas. Lo fundamental para ser maestro es ser buena persona, que verdaderamente crea en lo que hace y que el niño que tienes delante tiene derecho a todo. Por eso, tiene que buscar las estrategias. Si tuviera que decir cosas que tiene que tener una escuela inclusiva son: profesionales con actitudes positivas hacia la diferencia.

¿Se apunta a que los maestros tengan una visión más integral?

Debe tener un bagaje mucho más amplio y estar en continua formación. La realidad educativa evoluciona y por tanto tenemos que evolucionar los docentes y formarnos en las prácticas educativas que están dando ahora mismo éxito. No se nos puede olvidar que es verdad que los rendimientos académicos no son lo más importante pero a todos nos gusta que nuestros hijos adquieran los rendimientos académicos. Mi objetivo es que el niño se desarrolle como persona globalmente, para que se pueda desarrollar fuera del aula, pero para eso también tiene que adquirir conocimientos. Muchas veces caemos en lo contrario. Queremos tanto hacer que el niño esté incluido en el aula que nos olvidamos que también tiene que aprender conocimientos. Un niño autista también puede aprender conocimiento matemático. Si le exigimos a uno, a él también.

Puede ser muy difícil lidiar con dinámicas dentro de la escuela que son, en realidad, reproducciones de los que pasa fuera de ella ¿Cómo lidiar con la discriminación en la escuela, por ejemplo?

Quizás sea eso lo más dificil. Intentas erradicar actitudes que existen fuera del aula, en sus familias. Es muy difícil erradicarlas si no tienes colaboración de la familia. La escuela no es solo el maestro y los niños. En la escuela entra también el director y la familia, que es fundamental porque tiene que hacer lo mismo que haces en la escuela. Cuando hablo de la familia hablo de todo lo que envuelve la familia, el contexto en el que vive el niño. Si yo le estoy diciendo al niño que no puede pegar a su compañero pero en su casa lo ve, no sirve de nada lo que yo haga en la escuela.

¿Entonces la escuela debe trabajar con los padres?

Una escuela inclusiva debe estar abierta a la comunidad educativa. A la familia, al barrio, las asociaciones, abierta al contexto. Sin embargo, el magisterio ha sido una profesión muy individualista donde el maestro nunca ha querido que entre otra persona en su aula. Eso se está rompiendo ahora y las corrientes pedagógicas más innovadoras ya han comprobado que eso no funciona. Lo que funciona es estar abierto a la comunidad, que el niño vea dentro del aula a la familia, a su padre, al médico, al conserje de su escuela. Si cerramos la escuela no hay permeabilidad. Escuela y contexto deben tener una relación de feedback constante.

¿Durante su estancia en Perú ha logrado ver algunos retos para la educación inclusiva aquí?

Creo que como en todos los países queda mucho por hacer, pero queda mucho por hacer porque hay que romper con muchas actitudes. Formar a los profesionales que realmente sepan qué es la inclusión escolar. Aquí en Perú se habla mucho de los niños incluidos y cuando hablamos de niños incluidos hablamos de niños con necesidades educativas especiales. Los mismos niños lo dicen: «en mi clase hay dos niños incluidos». Eso no es la inclusión. Entonces, hay que romper con todo eso y tratar con naturalidad a todos los niños. Naturalizo y entonces podré ser inclusivo.

Naturalizar y mantener la sensibilidad…

Claro, es natural pero debes tener sensibilidad con todo. Hay niños que por circunstancias tienen situaciones que precisan más sensibilidad. Pero, también es necesario tener sensibilidad con todos. Intentar ponernos en el lugar del otro. Es muy difícil lograrlo. Mi hermano, que tiene parálisis, siempre me ha dicho: “Tú eres incapaz de ponerte en mi lugar”. Es verdad. Yo no puedo imaginar una vida sin ser independiente. No lo puedo hacer aunque lo intento cada día. Por lo menos hay que intentarlo.

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