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“La escuela cuzqueña es muy conocida porque toca una tradición de muchos años"

El Perú cuenta con miles de obras que datan de la época del virreinato, es en ese momento que se dieron diversas manifestaciones artísticas, especialmente en la pintura y escultura, pero sobre todo en la época del renacimiento y el barroco. El doctor Rafael Ramos Sosa, ha dedicado más de veinte años al estudio de los distintos aspectos sobre la historia del arte peruano.

  • Rafael Ramos Sosa
    Profesor titular en la Universidad de Sevilla (España)
  • Texto:
    Susana Navarro
  • Fotografía:
    Felix Ingaruca

Al estudiar el renacimiento y barroco, especialmente del siglo XVI, XVII y XVIII. ¿Cómo encuentra los principales insumos para sus investigaciones?

Para esta época los archivos son fundamentales, los que se llaman de protocolo, son documentos notariales que se hacían entre el que encargaba una obra de arte y el artista, estos se encuentran en Perú en su Archivo General de la Nación. Estos son fundamentales para desvelar y seguir avanzando en el conocimiento del arte peruano y sobre ellos poder teorizar y establecer hipótesis de trabajo. Por supuesto, esta es una fuente primaria y fundamental para empezar a trabajar, pero definitivamente la obra de arte es más importante, si no se encuentra el documento porque se ha perdido, deteriorado o nunca existió, no hay problema, pero si conservamos la obra, es mucho mejor.

¿Cómo se dio la influencia europea en el arte virreinal del Perú?

Al principio vinieron muchos artistas europeos porque se necesitaban de sus servicios sobre todo durante el siglo XVI, y luego fue disminuyendo ya que empezaban a aparecer más artistas locales que habían aprendido de sus maestros y por lo tanto, el mercado ya se autoabastecía. En buena parte, mi investigación se enfoca cuándo se dio una fuerte inmigración de artistas sevillanos a la ciudad de Lima, especifico en decir «artistas» porque también había muchos comerciantes, pobladores, que venían o eran descendientes de españoles, sevillanos o andaluces. En estos años, los artistas eran sobre todo escultores que venían al virreinato del Perú porque se enteraron por cartas u otros habitantes, que se estaban construyendo muchos templos y estos necesitaban ser revestidos de todo el ajuar litúrgico, retablos, esculturas, pinturas y era una buena posibilidad de conseguir trabajo.

Había un gran protagonismo del arte religioso.

En ese momento, sobre todo en las artes plásticas y arquitectura, hay un protagonismo casi exclusivo del arte religioso. Con la llegada de los españoles, como lo sabemos, se tenía el objetivo de fundar ciudades y el de implantar la evangelización de modo generalizado y sistemático y para todo ese proceso, para los propios españoles y los nuevos convertidos en la fe, lógicamente se necesitaban templos y sobre todo pintura y escultura, esa es una de las grandes necesidades iniciales. Por supuesto, también hubo una arquitectura civil, casas, residenciales, haciendas, puentes, que es un capítulo importante de la arquitectura civil. Pero esto también pasaba en España y en toda Europa.

Otro capítulo del arte en el virreinato fueron los artistas indigenistas. Usted mencionaba el caso de Francisco Tito Yupanqui, escultor de la Virgen de Copacabana.

Al fin y al cabo, lo que hicieron los artistas españoles aquí, igual lo hacían en España, pero aquí se tenía una nueva sensibilidad que aparecía en la pintura o escultura, de un modo da una variedad a lo que es el arte occidental. Francisco Tito Yupanqui es el único autor del que se tiene más escritos sobre su existencia y él había dejado su autobiografía, lo cual es sorprendente porque de por sí es raro que los artistas escriban una autobiografía en esa época. Por otra parte, la imagen de la escultura de la Virgen de Copacabana que todavía se conserva por tanto se puede hacer un estudio de los testimonios históricos como de la propia obra escultórica, además tenía una técnica que tampoco es muy frecuente en España, que es la del maguey, material que es muy abundante en los Andes y presenta una novedad inicial, ya no era la habitual escultura en madera policromada. De hecho él no sería el primero, porque ya es de fines del XVI, pero sí es el que está mejor documentado y del que conocemos mejor su obra.

Por otro lado, la escuela cuzqueña de pintura es bien reconocida. ¿Qué pasó con la limeña?

La escuela cuzqueña es muy conocida porque toca una tradición de muchos años. Entonces conocemos muchos pintores cuzqueños con nombres propios, conocemos sus obras, se han podido hacer investigaciones de tipo iconográfico, formal y sociológico. Curiosamente la pintura limeña no es tan conocida ni tan estudiada, hay un capítulo que es conocido que es de los tres pintores italianos que trabajan en Lima y en el resto del Perú pero a partir de eso no se conoce mucho más. Lima ha sufrido mucho con los terremotos, se ha perdido mucha pintura, se han trasladado de sitios y eso dificulta el hacer una labor inicial de campo que es ir a ver y fotografiar cada una de las obras para luego estudiarlas y hacer un sistema. Las circunstancias tampoco ha favorecido esa forma de investigación, además existe el temor que si se fotografía o se divulgan las obras, se las puedan robar. Espero que más gente nueva decida investigar y ahondar en el conocimiento de la pintura limeña.

De las joyas que se tiene en Lima, ¿Cuáles recomienda ver con detenimiento?

La Catedral tiene una colección de escultura muy bien conservada, antes se cambiaba mucho de lugar de las piezas, ahora hay un inventario, están mejor iluminadas y tiene seguridad.  Aparte del edificio, de la propia arquitectura que es muy interesante, creo que una de sus joyas es la silla del coro, aunque está transformada y ha perdido parte de los asientos, todavía conserva lo arquitectónico en muy buen estado y conserva una colección de relieves y medio relieves con mucha calidad. Otra de ellas es el retablo del Bautista que es una obra completa, un retablo de muchos relieves y un gran Crucificado de Juan Martínez Montañés, que es uno de los más grandes escultores del barroco español y esta es una obra de su mano directamente, afortunadamente se conserva bastante bien.

El Perfil

Nombre: Rafael Ramos Sosa

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