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"La escuela debe ayudar a los estudiantes a convertirse en ciudadanos responsables"

El Dr. Mesa, quien además es profesor en la Universidad de Loyola, Chicago (Estados Unidos), nos comenta sobre la importancia de la educación ciudadana, en el marco de su visita a la PUCP en que realizó una conferencia sobre los Retos de la Educación moral y ciudadana en una sociedad plural y diversa.

  • José Alberto Mesa, S.J.
    Secretario Internacional de Educación de la Compañía de Jesús
  • Texto:
    Susana Navarro
  • Fotografía:
    Felix Ingaruca

¿Por qué es importante la educación moral y ciudadana?

Necesariamente la escuela y los educadores, en el trato con los estudiantes, reflejan y trasmiten unos valores, una visión y una posición moral, entonces educar moralmente es inevitable para un profesor. La educación moral trata de responder al sentido último de la vida, por qué vivimos, qué significa la vida buena y los educadores la encarnamos en las relaciones que tenemos con los estudiantes, por eso digo que es inevitable y muy importante el que podamos reflexionar sobre los valores y la visión moral que nos orienta. Por otro lado, la educación ciudadana es la que nos permite vivir civilizada y democráticamente en nuestros países y en nuestros contextos, para esto es necesario que la escuela se comprometa a ayudar a que los estudiantes se puedan convertir en ciudadanos responsables y activos en democracia.

Usted menciona el rol de la escuela, pero cuál es el rol de la familia en estos temas.

Lo que pasa es que la escuela está sobrecargada de trabajo porque las familias y la sociedad están esperando demasiado de ella sin colaborar lo suficiente. Una buena educación moral y ciudadana no se puede dar sin la colaboración activa de todos los agentes que intervienen en la educación de los niños. La familia, los medios de comunicación, la sociedad, el Estado, las iglesias, todas tienen un papel socializador muy importante y por ello se busca que todos asuman la responsabilidad, no se le puede pedir a los educadores que logren este papel si no hay una colaboración activa de los demás actores. La escuela y los educadores están sobrecargados porque la familia ha querido dejar parte de sus responsabilidades en ellos y lo mismo la sociedad, un educador solo no puede hacer milagros.

Con las nuevas tecnologías, ¿cómo han cambiado los desafíos de la educación ciudadana?

El desarrollo tecnológico, el acceso fácil a Internet y los medios de comunicación están cada vez más presente de manera masiva en nuestras vidas, lo que ha implicado grandes cambios. Las sociedades anteriores se basaban en que los únicos que influenciaban a las nuevas generaciones eran los padres, la familia y en buen grado la escuela y la sociedad, pero ahora el abanico de influencias se ha vuelto muy grande, por eso la formación ciudadana y moral tienen que estar basadas en este nuevo panorama y ayudar a los estudiantes a ser capaces de desenvolverse en estos escenarios globales donde tendrán acceso a la información que quieran y  es importante que se les ayude a formarse en una conciencia crítica que les permita discernir o crear una ‘sabiduría práctica’ para navegar en medio de  tantas posibilidades, ofertas y presiones morales y ciudadanas que van a tener.

¿Cómo se puede enseñar la educación ciudadana?

Estoy convencido de que la única manera para que la formación ciudadana y la moral sean eficaces es cuando se logra crear, entre los actores más importantes que influyen en las nuevas generaciones, un ambiente en el que esos valores que se quieren, se puedan vivir, es decir, solamente se aprende a respetar cuando uno se siente respetado, uno aprende a ser honesto cuando se vive en un ambiente donde la honestidad es posible, este es el reto para la escuela y la familia, pero los enfoques que solamente se quedan en los discursos, exhortaciones morales, publicidades o en las frases del mes, que son poco eficaces, solo si se crea un ambiente escolar y familiar donde haya respeto y honestidad, los alumnos podrán aprender a ser honestos y saber lo que eso significa. Es difícil pedirle a un estudiante que no se siente respetado que asuma y abrace el valor del respeto y ese es el reto, no es fácil educar moralmente y en formación ciudadana. La paradoja está en que aunque no es fácil, es inevitable, es decir, aunque no queramos algún tipo de valores o antivalores, sí los trasmitimos.

En las ciudades, que ahora son más grandes y caóticas, crece un sentimiento de falta de respeto y agresividad. ¿Cómo se puede volver a las bases de la educación ciudadana?

En la educación moral y ciudadana lo más importante es el ejemplo. En algunos países he conocido campañas cívicas sumamente exitosas, en el caso de las señales de tránsito y de respeto ciudadano, estas campañas toman mucho tiempo y implica una labor de concientización y un compromiso muy grande de los actores sociales, empezando digamos por el Gobierno, las autoridades y también de la ciudadanía, pero se puede lograr y lo he visto. Esto significa que intencionalmente el Gobierno y la sociedad civil se deban comprometer y la gente podrá ver que a todos nos va mejor cuando se respetan las leyes de tránsito, cuando no nos insultamos, cuando no nos tratamos mal.

¿Cree que no se le da la debida importancia a la educación ciudadana?

A pesar de que son fundamentales e inevitables, tienen poca atención, porque la sociedad parece más interesada en los resultados cognitivos y saber si los estudiantes han logrado o no los estándares internacionales en matemática o física, pero es absurdo porque no le vale de nada a una sociedad tener altos estándares en las ciencias si sus ciudadanos no son honestos y comprometidos, si la gente no se siente con la energía y el compromiso social para trabajar por una sociedad mejor y si no hay un sentido de solidaridad profunda. Le damos énfasis a algo que es importante pero no es lo único, la formación moral tiene además una dificultad adicional, que como vivimos en una sociedad democrática que quiere valorar la pluralidad y la diversidad, muchas veces la escuela o la escuela pública, no quieren ponerse en la penosa necesidad de debatir sobre cuál es la visión moral que quisiéramos y en al que deberían formarse los estudiantes, es un tema complejo pero eso no significa que en una sociedad plural se eduque en un vacío como si no existiera la necesidad de responder las preguntas más profundas sobre el sentido de la vida.

El Perfil

Nombre: José Alberto Mesa, S.J.

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Jesus Daniel

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