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"Buscamos reforzar las sociedades civiles con católicos calificados y comprometidos"

El KAAD es una asociación católica sin fines de lucro fundada en 1958; la Conferencia Episcopal de Alemania nombra al presidente de la asociación y a todos los profesores universitarios que componen su Consejo Académico. Durante su visita a nuestro campus, Krüggeler se reunió con autoridades de la Universidad para ver las posibilidades de cooperación entre su institución y la nuestra.

  • Thomas Krüggeler

¿Cuál es la relación del KAAD con la Conferencia Episcopal de Alemania?

Nuestras relaciones son muy estrechas. Casi el 80% de nuestros fondos financieros provienen de la Iglesia (más o menos el 60% es asignado anualmente por la Federación de Diócesis de Alemania). Gozamos de mucha confianza de la Conferencia Episcopal y cooperamos muy armónicamente con el Obispo Auxiliar de Freiburgo, el Dr. Paul Wehrle.

¿Por qué el interés en trabajar con la PUCP?

Una de las tareas centrales del KAAD es reforzar las sociedades civiles con católicos altamente calificados y socialmente comprometidos. Es un objetivo que compartimos con muchas universidades católicas del mundo. En el caso de la PUCP, estas relaciones de cooperación se han desarrollado desde los años ochenta y gracias al Presidente del Consejo KAAD Perú, Dr. Salomón Lerner Febres. En el contexto de las reflexiones de nuestro 50° aniversario, hemos desarrollado la idea de establecer una red mundial de profesores universitarios y académicos católicos que quieren contribuir a un futuro común en un mundo más justo. Creemos que la PUCP forma una excelente base para integrar al Perú en esta red.

¿Cómo ven a la PUCP desde Alemania?

Goza de una impresión pública muy positiva. Hay varios convenios entre la PUCP y universidades alemanas (¡y muchos de los profesores que son activos en estos convenios son exbecarios del KAAD!). La PUCP tiene la imagen de ser una de las universidades más importantes de América Latina. Es interesante observar la buena fama que tiene en Alemania, a pesar de que la imagen general del sector educativo del Perú es negativa.

La globalización ha traído consigo la internacionalización de los mercados científicos.

La internacionalización del mundo académico es un fenómeno que se ha dado en los últimos veinte años. En la última década, debido a internet, se ha ampliado aún más. Veo que hay un gran interés en esto por parte de la gente que está ligada, por ejemplo, al campo de la ingeniería. Además, hay muchos países donde están aumentando los programas en inglés, lo que los hace más atractivos, pues esta es la lengua del mundo académico. Cualquier persona que desee ampliar su horizonte y crea conveniente hacerlo, debería estudiar afuera, pero con el objetivo de servir luego a la sociedad de la cual proviene.

¿Por qué un profesional opta por aplicar sus conocimientos en un país distinto al propio? 

Hace diez o quince años, en Europa, la política era llevar hacia allá gente procedente de estados en vías de desarrollo, formarlas en sus universidades y luego pedirles que regresen a su país para que apliquen lo aprendido. Ahora, en países como Inglaterra, Alemania o Francia vemos un desarrollo demográfico desfavorable. Como sus sociedades están envejeciendo, ven la necesidad de incentivar a los extranjeros a quedarse y, desde luego, prefieren que se queden los que están educados, ya que los que no lo están cuestan. La organización que yo represento espera que la gente becada regrese a su país, pues consideramos injusto que no ayuden a su propia nación.

¿Cuál es la principal causa de esta fuga de talentos?

Los profesionales se quedan porque tienen la esperanza de crear una vida más agradable en Europa que en el Perú. Ahora, hasta qué punto esto es realista es otra cosa. Con la experiencia que nuestra institución tiene podemos decir que esta esperanza se consolida en pocos casos. Pocos jóvenes llegan a un nivel de francés o alemán que les permita enseñar en una universidad; además, si hay dos candidatos para un empleo y uno es alemán y otro peruano, el que terminará ganando la plaza será el alemán; la integración social tampoco es fácil.

¿Cómo debería promover el Gobierno peruano el regreso al país de sus talentos?

Si el Estado manda a la gente afuera, les da incentivos, etc., debe, al mismo tiempo, preguntarse qué hacer con esta gente cuando desee volver. El Estado tiene la responsabilidad de crear un mercado de trabajo atractivo para estos profesionales, pues el sector privado no los va a poder absorber a todos. Este debe generar un ámbito económico que permita su reinserción. En esa línea, más gente se da cuenta de las posibilidades que la KAAD ofrece. Para una de nuestras becas, un requisito es que la gente sepa un poco de alemán y, el otro, que, al ser una institución católica, los jóvenes tengan un cierto sentido de responsabilidad social, mostrar cómo viven su fe, ya que es importante que muestren su interés por mejorar la sociedad peruana y no piensen solo en llenar sus bolsillos.

La idea es que regresen…

Sí, pero también hay que considerar algo importante: a ningún joven que regresa de estudiar en el extranjero lo reciben en el aeropuerto con una alfombra roja y le dan trabajo. La reintegración profesional siempre es una lucha muy dura.

Entrevista: Diego Grimaldo

El Perfil

Nombre: Thomas Krüggeler

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